1 mes después.
Lauren pov
-Cómo planeas hacerlo?-
-Eso te pregunto a ti Alek, me voy durante un mes creyendo que tienes todo bajo control y cuando regreso resulta que es todo lo contrario- Fruncí el ceño.
Resulta que de la nada apareció otra mafia en mi propio territorio, no es tan grande como la mía, pero se ha estado robando mis clientes y eso me molesta.
-No sé como pasó eso, solo sé que esa mafia ha estado vendiendo la mercancía barata y por ende nuestros clientes se están yendo para donde ellos-
-Mierda, hasta los clientes son unos mediocres- Suspiré. -No permitiré que ellos se metan en mi camino, los voy a eliminar a todos y cada uno de ellos, éste es mi territorio y se respeta por las buenas o por las malas-
-Lauren, no estarás pensando en...-
-A quién debería matar es a ti Alek, cómo diablos lo permitiste?!-
-De qué manera te explico que no es mi maldita culpa, estás estresada. Relájate un poco-
Él caminó hasta el mini bar y me sirvió un vaso de whisky.
-Toma, date un trago- Extendió el vaso a mi y enseguida lo tomé.
Le di un sorbo a la bebida, el líquido de inmediato haciendo el efecto que más me gusta en mi garganta y estómago.
-Quiero que averigues algo sobre ellos. Quiero saber dónde se reúnen, dónde viven o no lo sé, quiero saber dónde están en éste momento. Pero lo necesito ahora Alek, porque tú y yo le haremos una linda visita a ellos-
Alek enarcó una ceja.
-Bueno, investigaré-
-Y llama a Justin, él debe de ir. Y que venga con las pistolas, una para ti, para él y para mí. Nadie sabe lo que puede pasar-
Alek se rascó la nuca.
-Y es para hoy que quieres hacer eso?-
-Si, así que necesito que te des prisa-
Alek asintió y salió de la oficina.
Suspiré cuando Camila me llegó a la mente.
Luego de ese lindo día que pasamos en Italia (lo cual fue inesperado para todos. Ya que nunca estuvo en mis planes encontrarme con ella) ella me llamó y dijo que regresaba a Miami, incluso me pidió que me fuera con ella. Quería irme con ella, pero mi compromiso en el hotel era de suma importancia, desde entonces no nos hemos vuelto a llamar ni textear, la extraño si, todos los días y mi miedo es que aquel bonito día en Italia haya quedado en el pasado.
Doy un trago a mi whisky aún divagando en mis pensamientos; Camila.
Evito pensar en que probablemente ella está en brazos de él, y solo me concentro en pensar algo positivo de ambas. Algo tan intenso como ese beso.
Alek fue quien me devolvió a la realidad. Pues él entró de manera brusca y torpe a la oficina.
El club de Alek se ha vuelto mi hogar para los negocios.
-Y bien?- Pregunté con un tono un poco aburrido.
Él dió una palmada.
-A qué hora nos vamos?-
Sonreí de lado.
-Sabes dónde están?-
En ese instante Justin entró y nos saludó.