Dinah pov
Bajé a la cocina con todo el glamour del mundo, allí estaba Camila sentada con una taza de café mientras miraba Instagram en su celular.
-Buenos días preciosa- Le besé la mejilla.
Camila me miró como si viniera de otro planeta.
-Al parecer alguien se despertó de muy buen humor hoy- Ella soltó una risita.
-Me prefieres de mal humor?-
-Y sobre todo despertaste temprano- Camila ignoró mi pregunta.
Me serví un vaso de jugo y le di un sorbo.
-Irás al café hoy?- Le pregunté.
-No lo sé, quiero pasar el día en casa con mi novio-
-Lo traerás aquí?-
Ella vaciló un poco. -Tal vez-
-Por favor, no se pongan a follar en el sofá. No te lo permito-
Camila soltó una carcajada.
-Tranquila Jane, no todo el tiempo él y yo tenemos sexo-
-Bueno, lo que sea. Me voy de compras te veo luego-
Agarré mis cosas y salí. Tomé un taxi y poco después había llegado al mall. Anduve por las mejores tiendas y no encontré casi nada, solo unas pocas cosas la cuál si me llevé. Después de tanto caminar terminé cansada y con hambre, me detuve en un restaurante italiano para pedir algo de comer.
Siempre acostumbraba a sentarme en una mesa un poquito retirada, y hoy no fue la excepción. La camarera se acercó y me entregó el menú. No tuve que ojear mucho, de inmediato ubiqué lo que más me gusta y lo ordené.
Estaba esperando con paciencia mi pedido mientras bebía de una copa de vino que había pedido. Me di cuenta de lo sola que estaba, no tenía pareja, Normani tiene su vida no puedo estar todo el tiempo detrás de ella, y ni mencionar a Camila.
Solo faltaba yo.
-Por qué estás tan sola?- Escuché una voz detrás de mi.
No me iba a tomar la molestia de girarme para verlo, siempre solía pasar éstas cosas y resultaban ser hombres muy intensos e insistente, lo cuál no me gusta.
-Estar sola no es malo. Si lo estoy es porque así lo decidí y así me siento bien-
Escuché una risa masculina muy agradable. -Siempre respondes así?-
Me encogí de hombros.
-Regálame tu mirada-
Negué.
-Me gustaría saber si sigues siendo la misma chica fiestera que conocí o si ya has cambiado mucho. Al parecer si has cambiado, porque ahora te noto de muy mal humor-
Fruncí el ceño, ésta persona dice conocerme. No tuve que girarme porque él se sentó frente a mi y mi mandíbula cayó al piso.
Sentado frente a mi estaba Justin, se veía más hermoso, más varonil, tatuajes nuevos, su sonrisa encantadora y sus rasgos más maduros.
Oh por Dios!
Mi corazón empezó a latir desesperado y mis manos a sudar.
-Justin...- Dije aún en shock.
Él sonrió. -El mismo que viste y calza-
-Qué haces aquí?! Cuando has regresado?-
-Estamos aquí desde ayer-