Capitulo 59

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Camila pov

Desperté al lado de Lauren, de la mujer que amo.

Es un nuevo día, donde una nueva historia comienza. Desde ayer mi vida cambió pero para mejor. Aunque no pueda recordar nada y haya vivido cosas horribles, la mujer que está a mi lado durmiendo profundamente ha hecho que mi alma se sienta tranquila. Besé su frente antes de entrar al baño.

Allí me miré al espejo, forzando a mi memoria a recordar y creo que lo pude hacer. Recordé un momento en específico. Lauren y yo en la playa, viendo el atardecer.

Sonreí al poder recordar aquello, no recuerdo nada más que eso y eso me basta para hacerme feliz.

Bajé a la cocina en busca de un buen café, allí me encontré a Dinah, Justin, Maria y el padre de Lauren. Ellos me dieron unos buenos días cálidos, tomé asiento junto a ellos.

-Cómo te sientes Camila?- Preguntó Dinah con una sonrisa coqueta y contenta.

-Me siento... - Me reí porque no podía acomodar mis sentimientos y emociones. -Me siento feliz, muy feliz-

-A mi me alegra tanto que por fin ambas puedan estar juntas. Lauren sufrió mucho tu ausencia- El padre de Lauren tenía una mano en mi hombro. -El amor que Lauren siente por ti nunca disminuyó en tu ausencia, todo lo contrario, aumentó mucho más-

Sonreí al escuchar aquello.

-Admiro mucho que ella haya sido tan paciente y me disculpo por todos los malos ratos que la hice pasar-

-Lauren no piensa en las cosas malas, ella solo quería estar bien contigo-

Asentí con una sonrisa.

****

Gavrel miraba como la nieve caía del cielo, él estaba muy concentrado en eso. Enfoqué mi vista en Lauren, ella miraba la tv con concentración mientras sus manos acariciaban las mías.

-Lauren- Murmuré.

Ella hizo un sonido con la boca en respuesta sin dejar de mirar a la pantalla.

-Mírame- Le indiqué y así mismo hizo.

-Tú y yo nos llegamos a casar?-

Lauren asintió y sonrió.

-Dónde está el anillo de bodas?-

Lauren se movió y sacó de la mesita de noche una caja de terciopelo pequeña. La abrió dejando ver el elegante y sencillo anillo de diamantes. Ella lo tomó en sus dedos y cogió mi mano.

-Quieres retomar nuestro matrimonio Camila?- Ella preguntó con una sonrisa hermosa.

-Si!- Asentí varias veces. -Pero que sea pronto-

Lauren se rió llamando la atención de Gavrel, el niño sonrió al ver que Lauren me colocaba el anillo.

-Empecemos con los preparativos de la celebración- Ella besó mis labios. -Será como renovar votos matrimoniales-

Sonreí mirando el anillo.

Disfrutaba del silencio que había entre ambas.

-Yo nací para ti, soy tuya desde antes de colocarme éste anillo, pero se siente bien saber que cada vez que lo mire recuerde que tan tuya soy-

-Te amo Camila-

-Te amo mami- Dijo Gavrel sonriendo.

Sonreí con ternura y les lancé un beso a ambos correspondiendo sus palabras.

Pasé el resto del día junto a Lauren y Gavrel. Poco salimos de la habitación porque los tres permanecimos ahí, hasta que Gavrel se quedó dormido en mi pecho y decidí llevarlo a su habitación para tener más privacidad con Lauren.

Al regresar a la habitación Lauren estaba de pie junto a la ventana, me acerqué y la abracé por detrás recostando mi cabeza en su espalda.

-Por las noches no dormía pensando en que todo lo que te pasó fue mi culpa, perdóname por no cuidarte como debí- Lauren murmuró.

Le di la vuelta para que me mirara y sostuve con mis manos sus mejillas.

-No es tu culpa y sé que nunca lo fue. Son cosas de la vida, lo importante es que nunca me dejaste de amar, nunca me abandonaste y ahora me tienes aquí. Te prometo que contigo permaneceré hasta el fin de mis días, soy toda tuya- Besé su nariz con ternura, Lauren rodeó mi cintura y me abrazó.

-En serio te amo, eres la única mujer que se pudo ganar mi corazón de tal manera. La única que amé, amo y amaré-

Sonreí.

-Eso me tranquiliza ya que me he sentido un poco celosa-

-De quién?-

-Tendrás un hijo con Keana, aunque pasó cuando no estaba, me pone celosa y me llena de ira-

-Que conste que no fue un hijo deseado por mi como pasa en nuestro caso, éste bebé que llevas ahí si lo quería, a Gavrel también lo quería, pero éste no. Pero debo asumir mi responsabilidad, y me gustaría que estés ahí en todo momento-

-Estaré ahí, no te preocupes. Pero no quiero verte cerca de ella, eso me va a molestar mucho, puedes hacer lo que quieras pero solo con el bebé-

Lauren asintió con una sonrisa.

-No crees que eso es tóxico?-

Negué riendo.

-Creo que es lo más sano y seguro del mundo, porque si la veo muy cerca de ti te juro que su sangre va a correr-

Lauren se rió a carcajadas, el sonido de su risa me hacía vibrar.

La miré con tanta adoración y amor que incluso yo misma me sorprendí de los sentimientos que ella provoca en mi.

-Sabes por qué he sido comprensiva con ese tema?-

-No, por qué?-

-Porque te has portado tan bien conmigo, has sufrido por mi, aguantaste muchas estupideces mía y siempre has sido leal a mi. No te niego que me molesta y me incomoda saber que tienes a una mujer embarazada por ahí, pero entiendo que fue contra tu voluntad-

-Estoy dispuesta a seguir tus instrucciones, si deseas que nunca pise un pie en ésta casa nunca lo hará-

Negué.

-No Lauren, es un bebé que no tiene la culpa de nada. Es un bebé que lleva tus genes y los genes de mis dos hijos, yo lo voy a querer por ese simple hecho-

Lauren sonrió.

-Eres la mejor mujer que existe y lo bueno es que eres mía-

Sonreí sintiendo mis mejillas rojas y ella las besó.

Después de aquello Lauren se puso amorosa conmigo. Me besaba y acariciaba con amor y ternura hasta que se fue volviendo algo caliente y con intenciones más íntimas. No pude decir que no porque mi cuerpo necesitaba sentirla de todas las maneras posibles.

Ella con besos suaves y mojados me desnudó y llevó hasta la cama, allí me hizo el amor con tanta suavidad que me sentía en las nubes. Me sabía a gloria escuchar los gemidos de Lauren, sentir su cuerpo junto al mío y como me miraba mientras me hacía suya.

Me entregué a Lauren, pude sentir nuestras almas entrelazarse de la manera más intensa que me llevó a tener pequeños flashbacks de las veces que habíamos hecho el amor incluso antes de nacer Gavrel, aquello me hizo sonreír mientras ella estaba tan concentrada en llevarme al cielo y al infierno.

La pasión con que Lauren hacía cada movimiento en mi cuerpo era enloquecedor, ella tenía el don de volverme loca en el sexo, de hacer que tuviera múltiples orgasmos.

Lauren marcó mi cuerpo y mi alma sin necesidad de usar tinta.

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