Sakura se verá atrapada entre la indecisión de entregar su corazón y aceptar ser la futura reina de la mafia, además de matriarca del Clan Uchiha o denunciar al líder y negociar su libertad absoluta a cambio de entregar a Sasuke en bandeja de oro.
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Embestí en contra de uno de mis hombres con toda mi furia, ¿cómo era posible que tuviera a estos estúpidos trabajando para mí? Tenían una tarea tan simple y por un maldito descuido, Sakura ya no estaba. Golpeé una y otra vez su rostro y cuerpo con todas mis fuerzas, mientras uno de mis subordinados intentaba evitar que lo matara a golpes.
— Tranquilizate Sasuke, lo vas a matar. —Gritó Naruto, interfiriendo en mis planes de matarlo a golpes. — A este paso nos quedaremos sin ellos, maldita sea.
— ¡TENÍAN UNA MALDITA TAREA, DEMONIOS! —Dije pateando la camioneta. — Era cuidarla, solo tenían que evitar que se escape, ineptos, inútiles. Hijos de... aaghhh..
— Lo sentimos señor, ella estaba bajo vigilancia pero aún no entendemos como se escapó. —mencionó uno de los hombres. — La Señora se las ingenió.
Gruñí irritado, me moría por el desespero de saber que podría pasarle a ella. — Es demasiado ingenua para confiar en la gente, lo peor de todo sería si llega a contactarlo. No dudo ni un poco que esa imbécil que tiene por amiga haya cometido la estúpidez de pedir ayuda.
— Da por hecho de que lo hicieron Sasuke. —comentó Suigetsu. — La pelirroja ya lo sospechaba desde un principio, esa mujer no tiene un pelo de estúpida, no debimos confiarnos tanto de ninguna. Quizás ya nos hayan delatado.
— No estés tan seguro, de ser así ya nos hubieran dado aviso sobre eso, tenemos que ir a la ciudad y buscar hasta los recónditos rincones. Si fue capaz de escaparse en las narices de estos idiotas, quizás sepa escabullirse muy bien. —me pase las manos por mis cabellos con frustración, no debí fiarme de ella. — Suigetsu, ve con Naruto y traigan a todos los hombres posibles, iremos de visita a la ciudad. —ordené.
— Perfecto. —éste sonrió de lado complacido, mientras Naruto sonreía como un tonto niño que va a dar un paseo con sus padres.
Agaché mi cabeza mientras reía solo.
— Te voy a encontrar Sakurita, dalo por hecho, cuando lo haga te enseñaré a no desobedecer mis órdenes. — murmuré satisfecho, entré a la camioneta solo y puse el motor en marcha. Otras 3 camionetas llenas de hombres iban detrás, estimado el tiempo que no estuve en casa, estoy seguro que ella ya estaría lo suficiente lejos de aquí, pero no tanto como para no ser hallada por alguno de nosotros. — Si la encuentran, les prohíbo lastimarla y mucho menos intentar dirigirle la palabra, de lo contrario los voy a matar a cada uno que intente desobedecer mis órdenes. —hablé através del radio transmisor.
— No se preocupe para nada mi Señor, la traeremos sana y salva. —comunicó el receptor.
— Eso espero. — miré por el retrovisor a quienes nos seguían, todos iban muy bien armados, así tuviera que armar una balacera la traería de vuelta a mi lado. Aguanté las inmensas ganas de golpear con impetu el volante. Sakura estaba muy equivocada si creía que podía burlarse de mi tan fácil, en especial, escaparse sin tener consecuencias.
