Sakura se verá atrapada entre la indecisión de entregar su corazón y aceptar ser la futura reina de la mafia, además de matriarca del Clan Uchiha o denunciar al líder y negociar su libertad absoluta a cambio de entregar a Sasuke en bandeja de oro.
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Abrí poco a poco los párpados los cuales sentía pesados, segundos después los cerré como si hubiesen sido pegados con alguna especie de pegamento fuerte o algo así, mi cuerpo se sentía demasiado bien y tibio bajo las sábanas, el ambiente se sentía frío gracias al aire acondicionado. Estiré las piernas y los brazos, suspirando con fuerza, reconociendo una deliciosa fragancia a colonia masculina.
Un fugaz recuerdo se me cruzó, abrí los ojos con pereza, notando que estaba recostada sobre el pecho de Sasuke, mientras cruzaba una pierna un poco más arriba de su pelvis y también un brazo por encima de su pecho. El apoyaba una de sus manos sobre mi piernas, mientra que la otra cruzaba por debajo de mi cuello, abrazándome. Alcé la cabeza, notando que él aún seguía sumido en un profundo sueño, su respiración era exageradamente apacible.
"¿Hace cuánto tiempo no descansaba para estar en un sueño tan profundo?"
Un audible quejido escapó de él, haciéndome quedar quieta, lo increíble es que él igual seguía su sueño como si nada, quizás estaba soñando. Lentamente empecé a quitarme de encima, no quería despertarlo, en cuanto pude liberarme de su cuerpo por completo, salí de la cama y me adentré al baño cerrando despacio la puerta detrás de mí. Entré a la ducha y la abrí, el agua fría cayó de golpe sobre mi cabeza, escurriendo de a poco sobre todo mi cuerpo hasta mojarlo por completo; tome una ducha rápida y luego salí, secando mi cuerpo y mi cabellos.
Tomé la bata de baño, vistiéndome con ella para segundos después salir del baño, Sasuke seguía descansando boca abajo como un oso, sonreí ante el pensamiento gracioso que tuve, tomé mi ropa y comencé a vestir, ropa interior de algodón, un short de jean y una blusa de fibrana lisa escote en V, sin mangas con algunos detalles volados. Al finalizar mi vestimenta, me peine y luego tomé unas sandalias, era demasiado sofocante el calor afuera, estábamos a comienzos de verano y era asqueroso el clima tan caluroso, personalmente odiaba muchísimo el calor, prefería mil veces la época de invierno, la cual faltaban seis meses para recibir al tan; según yo; anhelado invierno.
Salí de la habitación y emprendí marcha hacía abajo, miré el reloj automático que estaba colgado en la pared, marcando las seis y nueve minutos, el sol apenas comenzaba a esconderse. Entre a la cocina, topándome con una de las sirvientas, si no mal recuerdo su nombre es Nina Ivanov, quien estaba encargada de preparar la comida para todos.
— Mi señora, buenas tardes, enseguida comenzaré a preparar la cena, ¿alguna sugerencia? —Nina no pasaba de los diecisiete años, siendo una bella adolescente de cabellos rubios, ojos miel y una tez blanca, probablemente no pasaba del metro sesenta y seis.
— Buenas tardes, Nina, ¿qué podrías sugerir?
— Bueno, tenía pensado en unos deliciosos Pelmeni*, aún que no se si alguna vez usted los haya probado. —no tenía ninguna clase de conocimiento acerca de ese platillo, pero creo que sería bueno poder probar algo aparte de todo lo típico que ya conocía.
