MAFIA (SasuSaku)

XVII

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Por un momento me quedé estática, no esperaba que Sasuke estuviera por aquí y mucho menos desnudo, es decir, se estaba duchando pero de cualquier forma esto era algo muy inesperado. Tragué grueso y analicé su cuerpo, piernas fuertes, femorales bien definidos, una espalda ancha y además marcada, baje un poco más la mirada y oh.. Santo Dios.. unas nalgas deliciosas, redondas y... ¡No debería estar pensando en eso!

Rápido cogí mi una bata de baño y me la puse, deseé que él nunca se hubiera dado cuenta de mi presencia, era tarde para siquiera pensarlo.

- ¿Te gusta lo que ves? -Tapé mis ojos con las manos.

- ¡Y-yo no vi nada! -un fatídico rubor sumergió en mi rostro, quizá en todo el cuerpo. A pesar de todo, la imagen de Sasuke no se iba de mi mente.

- No, claro que no. -burló. Sus manos mojadas me tomaron con sorpresa. - ¿Qué tal si me acompañas?

La vergüenza me mudo del tal modo, que hasta mi mente se había quedado en blanco, pareciera que el aire nunca más llegaría a mis pulmones. Quería decir algo más no podía, no me atrevía.

La bata que cubría mi cuerpo había sido arrebatada de mi, abrí mis ojos, notando que los ojos ónix de Sasuke echaban fuego, pero no de rabia, si no de excitación.

Ya no sé si quiero que me trague la tierra o Sasuke... o yo a él.

Sus labios atacaron los míos, digo atacaron por que este hombre estaba que moría de hambre y no justamente de comida... me alzó obligándome a enredar mis piernas en su cadera, y como toda tonta, correspondí ante el pasional beso que Sasuke me ofrecía.
La punta de su pene rozaba la entrada de mi vagina, cosa que me estremeció y me hizo soltar un gemido, sus besos bajaron hacia mi cuello, mordiendo, lamiendo y besando, todos en ese orden; caminó conmigo hasta la cama, donde me depositó para luego levantarse.

- Esta vez nadie va a molestarnos. -su voz estaba ronca, no me atrevía a mirar más abajo, caminó hasta la puerta y echó pestillo.

Estaba respirando agitada, esta vez va a suceder...

- Ahora si Conejita. -él era el lobo feroz y yo caperucita, sólo que esta vez caperucita estaba esperando ansiosa por ser cazada y comida por el lobo feroz, o mejor dicho: Sasuke.

Sus manos tomaron un mechón de mi largo cabello.

- Eres una hermosa ninfa, para un monstruo como yo. -sus largos y delicados dedos acariciaron con vehemencia desde mi clavícula, pasando por mis senos y llegando hasta mi estómago. Me sentía húmeda, ¿era posible tener un orgasmo con solo mirar? Por que en cualquier momento se aproximaba el mío. - Me da curiosidad saber que tan pasional puedes llegar a ser.