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Di tres toques suaves a su puerta ya que no quería entrar y encontrarme con alguna escena muy incómoda para mí, la salud mental por sobre todo, así que espere hasta que él me permitiera entrar.

- Adelante. -Escuché.

Me adentre a su habitación de manera lenta.

- Soy yo. ¿Puedo entrar? -Enuncié.

- Adelante, eres la única persona que toca con suavidad la puerta. Estaba esperándote. -Sasuke se encontraba de espaldas, mirando por la ventana algún rincón de afuera, para suerte mía él también llevaba puesto su ropa para dormir, pantalón de cuadrille negro y camiseta del mismo color.

Nos quedamos en un cómodo silencio, fue entonces que comencé a apreciar su belleza física, cabello azabache y rebelde, espalda ancha y perfectamente marcada, brazos tonificados, este hombre era todo un Dios... podía apreciar su estatura, era alto, piel de terciopelo levemente morena, manos grandes y dedos largos finos, ojos tan negros como la noche. Era insano pensarlo de esta manera, peor cuando mi corazón estaba marcado por odio hacía él aún que de a momentos me olvidara de ello.

- Puedes recostarte Sakura, esta también es tu habitación. -No me percaté cuánto tiempo estuve parada sobre la puerta viéndolo.

- Claro. -Musité. Di unos pasos hasta la cama y abrí las frazadas, eran del algodón más puro que pudiese existir, algo que jamás en mi vida podría darme el lujo de tener. Me adentre a la exquisitez de las sábanas verdes, el colchón era perfecto, ¿pero que podía esperar? Él pertenecía a la mafia y era lógico que podría darse estos lujos que yo conseguiría trabajando durante 6 años de mi vida, quizás, y con suerte a mi favor, me sobraría para una almohada. - ¿en qué piensas?

El negó con la cabeza, como si dispersara todo.

- En muchas cosas, pero nada importante ¿Estás feliz de que tu amiga esté aquí? -Preguntó recostandose sobre el espaldar de la cama.

- ¡Por supuesto! -Sonreí. - Estoy feliz de tenerla cerca y hacerle saber que estoy bien, Sasuke.

- Me alegra saber eso. Yo haría cualquier cosa por hacerte feliz. -No sabia como reaccionar a sus palabras, me era extraño todo esto.

- Gracias. -Creo que lo mínimo que merecía era eso, por que fue lo único bueno que me dio.

La suavidad de sus mano rozaba con mis mejillas, admito que me encantaba como las acariciaba de forma circular.

- ¿Algún día podrás ser un poco recíproca? -Entendí perfectamente su pregunta, él también quería caricias y un poco de amor, de atención, eso era algo que por más que me obligara, no podía dárselo.

- Dame tiempo, por favor. -Suplique.

- El que quieras. -No me esperaba que alguien impulsivo como él entendiera, y estaba agradecida por eso, no se imagina cuantas cosas nos estaba ahorrando. - ¿estás cansada?

- Físicamente no, mentalmente si. -Confesé. Sasuke solo quedó en silencio, a decir verdad no quería seguir hablando, luego de unos minutos él se acostó y yo le di la espalda dispuesta a dormir.

- ¿Puedo preguntarte algo?

- Claro, lo que quieras, aun que creo que ya debes saber todo de mi. -Reproche.

- En realidad no, lo admito.. -Rió. - Reserve muchas cosas por que me interesaría saber de ti, es decir, que tu decidas contármelo.

Su respuesta me tenía un tanto sorpresa, siempre pensé que invadió mi privacidad en su %100, aún así no se que tanto estaba dispuesto a mentir y no le fiaría de alguien como él.
Quizá sería interesante poder aprender uno del otro, al menos en el tiempo que estuviera aquí quería limar un poco las asperezas.

MAFIA (SasuSaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora