Sakura se verá atrapada entre la indecisión de entregar su corazón y aceptar ser la futura reina de la mafia, además de matriarca del Clan Uchiha o denunciar al líder y negociar su libertad absoluta a cambio de entregar a Sasuke en bandeja de oro.
H...
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Estaba tomando notas de todo lo que estuve rememorando dentro de mi cabeza mientras Suigetsu me explicaba lo sucedido, tiré mi cabeza hacía atrás y bostece.
— Nee, Sakura —llamó él a su vez que copiaba mi acción pasada. — quisiera saber en que tanto piensas.
— ¿Uh? Ah no, en nada, discúlpame Suigetsu.
— Sé que quizás mucho no recuerdas sobre mi Sakura, pero si quieres contarme que sucede adentro de ese cerebro tuyo, puedes hacerlo. —sonrió.
— Es que no lo sé Suigetsu, han pasado tantas cosas de golpe que ya no sé como sentirme, estoy muy confundida; Sasuke no quiere hablar del tema conmigo. —me queje.
— Según sus palabras es que todo lo recordarás a su tiempo.
— Sí, oye, ¿qué sabes, puedes ayudarme?
Vi sus ojos cerrarse con fuerza mientras tiraba la cabeza hacía el respaldo del sofá.
— ¿Es que acaso me quieres ver morir primero?
Le hice una mueca suplicante, y ahí estaba la duda en su rostro, quizás si insistía un poco más, él podría ceder.
— ¿Y? —presione.
— Ahhh, esta bien, pero solo algunas cosas.
Sonreí victoriosa ante su respuesta. — Recuerda, solo algunas cosas.
— Sí. —asentí muy feliz. — ¿Desde hace cuánto nos conocemos con Sasuke?
— Uff, empezamos bien supongo. —alzó sus manos. — Ustedes han crecido juntos Sakura, no se muy bien o que tan pequeños eran ambos pero si sé que ambos se han visto crecer. Tu y Sasuke empezaron su romance desde que ambos tienes 13 años, desde ese entonces se volvieron más inseparables uno del otro, a los 16 te casaste y bueno, aceptaste vivir esta vida hasta final de tus días. Tú juraste amarlo y cuidarlo a uña y espada. Sé que todo esto es muy confuso, pero es la realidad a pesar de que tus recuerdos te mantienen alejados de ellos.
Agaché mi cabeza dejando caer todo mi cabello hacía delante.
— No comprendo en qué momento mis recuerdos cambiaron o como fue que mi cabeza dio vuelta todo, es decir, yo creía que todo lo que "viví" era real y no, psicologicamente estoy frustrada además de destruida. En conclusión: estoy loca, pronto me veras vestida de blanco pero no en una boda o algo así, si no, en un hospicio. Quizás padezco de una esquizofrenia.
Al muchacho casi se le salieron los ojos, comenzó a reír como loco.
— ESTÁ POTENTE LA COSA. —Gritó mientras carcajeaba, se me hizo difícil no acompañarlo con las risas. El mismo empezó a hacer bromas luego de mis palabras y yo solo atinaba a llorar de la risa, ahogándome con mi saliva. — Por favor, no te mueras de nuevo por que esta vez si me va a matar tu marido.
