Y dime si te acuerdas, tú y yo solos de paseo.

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Leila

- Yo estoy llena.

- Vamos a pedir un helado o algo.

- Amor, me acabo de comer dos platos enteros yo sola, no puedo más.

- Bueno... pues yo sí, me voy a pedir uno.

- Vale.

Fuimos a una heladería cercana.

- Con el frío que hace y tú comiéndote eso.

- Métemela en tu bolso - se quitó la máscara - ¿tienes frío?

- Sí, pero estoy bien.

- Toma mi sudadera.

- No, no, así estoy bien.

- Tómala - se la quitó y yo me la puse. - vamos por otra calle, esta está llena de gente que me puede conocer.

- ¿Ese es el Beny? - se escuchó una voz de fondo.

- Dame la máscara - rodó los ojos.

- Beny, Beny, una foto, porfa. - habló una chica.

- Vale.

Vinieron unas cuantas personas más y se sacó foto con todas.

- Ya está, por fin - resopló - ¿por qué no me tape la cara nada más empezar?

- Porque te creías que no ibas a llegar a nada.

- Tambien es verdad.

Volvió a meterla en mi bolso y cogió su helado.

- Gracias por dejarme dos cucharadas. - rió.

- Ay, amor, fue la tentación.

- Tómalo, yo no quiero ya, se me quitó hasta el hambre.

- Vale, no hay problema ninguno. - me lo comí - ¿de qué era?

- De chicle con dulce de leche.

- ¡Qué combianción más rara!

- Pero está buena.

- Sí.

Caminé más rápido que él ya que vi mi tienda de ropa favorita. Derrepente escuché que me silvaban, miré hacia atrás nerviosa ya que sabía que Beny le iba a pegar.

- ¿Quién silvó? - le pregunté.

- ¿Quién va a ser? - sonrió.

- Niñato - rodé los ojos y reí.

- Me cago en mis muertos ya. - se quejó entre dientes.

Volvió a ponerse la máscara y a sacarse fotos.

- Para eso ni te la quites.

- Ya ves...

Estuvimos hasta las doce dando un paseo, que se tuvo que terminar porque no paraban de pedirle fotos.

- Te tengo que decir una cosa - arrancó el coche.

- Dime, ¿qué pasó?

- Es solo por contártelo, yo ya tomé mi desición.

- Vale.

- Mi madre me dijo que me fuera a vivir a Londres con ella para que me centre más en la vida, y estuve muy pensativo ya que aquí tengo a mis amigos y Barcelona es mi hogar, pero si me lo dice mi madre supongo que es por algo bueno, ya que una madre siempre quiere lo mejor para sus hijos.

- Claramente, ¿y qué vas a hacer?

- Me quedo aquí, pero desde el momento que yo vea que se me vuelve a ir la cabeza, me voy, aunque sea un mes.

Negociación {Beny Jr}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora