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Beomgyu siempre creyó que era una persona difícil de amar, siempre se lo habían dicho y siempre se lo hicieron creer.

A la edad de 10 años había descubierto que sus padres lo habían tenido sólo porque sus abuelos los habían obligado, se habían embarazado en su último año de universidad y eran muy inmaduros para tener una responsabilidad tan grande cómo lo era un bebé pero les había tocado afrontarlo. Sus papás siempre habían sido duros y estrictos con él, sobretodo por el hecho de ser doncel, nunca lo habían dejado tener novio y le criaban con la ideología de que tendría una carrera pero terminaría siendo el amo de casa en su familia, así que no querían que le pusiera mucho empeño a las cosas porque terminaría siendo un mantenido.

Su madre era una mujer narcisista a la cual sólo le importaba su apariencia y prefería mil veces a su padre antes que a su hijo. Su padre era un tipo demasiado frío como para decir que tenía sentimientos, para él lo más importante en el mundo era el dinero y la reputación, no tenía ni un rastro de cariño o ternura en el alma por lo cual siempre trataba a Beomgyu peor que un par de zapatos viejos. Ambos dueños de una empresa de cosméticos de gama media pero con el suficiente dinero cómo para vivir tranquilos y de fiesta en fiesta.

El pequeño Beomgyu había sido criado por una nana con edad desde que nació hasta que tuvo 11 años, y cuando está mujer a la que amaba con su corazón falleció y cómo sus padres creyeron que tenía la suficiente edad cómo para cuidarse solo lo dejaron a su suerte; Beomgyu tuvo que afrontar la muerte de su nana solo, uno de sus recuerdos más dolorosos había sido de él sentado junto a la que había sido la cama de su nana ahora vacía solo, soltando sollozos desgarradores pidiendo y suplicando que ella volviera.

Por eso, cuando conoció a Kai y a Taehyun una semana después de haberse transferido a la escuela nueva, creyó que nana los había enviado desde el cielo. Ellos eran parte de la casa hogar que había en la ciudad y estaban en el mismo grado que él, ese día había llevado un par de sándwiches de Nutella más y al ver que los chicos miraban con recelo la comida de los demás les había convidado.

-Hola -tomó asiento junto a ellos- ¿Quieren un sándwich? -sonrió amigable, ambos chicos se miraron el uno al otro inseguros, les habían jugado bromas así muchas veces, y no querían otra humillación.

-¿Es esto una broma? -preguntó Taehyun, quien en ese entonces era mucho más delgado y frágil, inseguro de lo que diría Beomgyu.

-Por supuesto que no, es de verdad, por favor tómenlo.- ambos chicos sostuvieron el sándwich.

-Gracias -sonrió Kai, y comenzaron una pequeña charla.

A medida que pasó el tiempo los tres se volvieron inseparables y muchas de las noches que Beom se la pasaba solo en aquella enorme casa ellos lo habían acompañado. Beomgyu comenzó a notar muchos de los abusos que las demás personas (incluidos maestros) ejercían sobre Kai y Taehyun, las humillaciones eran el pan de cada día, y sin pensarlo un día comenzaron hacia él.

-Beom, perdónanos por favor -un muy herido Kai se arrastró cómo pudo hacia un muy débil Beomgyu, habían sido víctimas de una golpiza por parte de sus compañeros, y los tres ahora se encontraban tirados en aquel callejón- no queríamos que esto te sucediera a ti, perdónanos por favor. -Kai sostenía su mano entre lágrimas, el dolor en sus corazones era mucho más fuerte que el de todas las heridas de la paliza.

Beomgyu cómo pudo levantó la mano, y limpió las lágrimas del pequeño Kai, Taehyun se levantó y camino hacía ellos, tomó asiento junto a ellos y respiro profundamente.

-Kai, no pidas perdón, esto no es tu culpa, estamos juntos en esto, tranquilo. -sonrió y se levantó lentamente, los tres se unieron en un profundo abrazo.

¡Quiero un papá! | SOOGYU |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora