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Era un día muy soleado y caluroso, así que Soobin le pidió a Arin que abriera la gran ventana de la pequeña Rumi para que la habitación se ventilara y eso hizo.

Así se llamaba su hija, Choi Rumi.

Ese día, los tres habían desayunado y jugado un poco en el pequeño jardín trasero que poseía su casa.

El matrimonio de Soobin y Arin estaba recuperándose de haber estado en la cuerda floja después de que el amor de ambos se enfriara. Cuando estaban a punto de separarse, Arin se entero que estaba embarazada de Rumi y un nuevo capítulo en sus vidas inició, un capítulo que ambos estuvieron de acuerdo en iniciar desde cero por el bien de Rumi, querían ser unos buenos padres para ella.

Cuando Rumi nació, Soobin sintió que todo lo que le había pasado en la vida había valido la pena, todos y cada uno de esos días tristes habían quedado atrás cuando miró frente a frente a esa niña.

Rumi era una bolita rosada de amor puro, tenía los ojos de Arin pero la sonrisa de Soobin, la piel lechosa y unas bonitas mejillas rosadas.

Soobin sintió lo que era el amor a primera vista cuando vio a Rumi.

Pero esa tarde, Rumi se quedó dormida, así que ambos decidieron dejarla dormir en su cuna...estaba bastante cansada después de jugar todo el día con sus adorados padres.

-Hey, ya no hay sal para la cena, y tampoco hay huevos.-Arin entró a la sala de estar en donde Soobin veía la televisión.

-Podemos ir rápido al supermercado, no creo que Rumi vaya a despertarse pronto.-Soobin se levantó mientras tomaba las llaves del auto.

-¿Crees? -Soobin asintió.

-Estaba tan cansada que estaba babeando las mantas -ambos dieron una risa- ¿entonces vamos juntos?

Arin asintió y ambos salieron por la puerta principal hasta el auto, en el camino al supermercado estuvieron hablando sobre cosas triviales como que querían desechar la idea de anotar a Rumi a la guardería debido a que Soobin quería cuidarla por si mismo.

Soobin quería estar todo el tiempo posible con su hija.

Compraron todo lo necesario y un poco más, Arin había recordado que Rumi ya no tenía leche en polvo y pañales, así que demoraron un poco más de lo esperado en aquel supermercado.

Ambos salieron cargando todas las bolsas con las compras, iban riendo platicando cómo en los viejos tiempos en los cuales eran apenas unos jóvenes enamorados, y creían serlo aún sólo que ahora se agregaba a la ecuación el fruto de su amor.

¡Quiero un papá! | SOOGYU |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora