Capitulo 29

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ATAQUE DE IRA

ATAQUE DE IRA

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Stark

Noviembre 16. 07:00. La Casa Blanca.

Mantengo ambos codos clavados en la mesa que está llena de monitores, la luz es tune aquí abajo y los teclados me rodean mientras no me pierdo de ningún detalle de fuera, toda llamada, línea de rastreo, ubicación pasa por mi antes de pasar a las carpas militares que están ocupando lugar afuera.

No he dormido en toda la noche, ahora con Valerio muerto tenemos a alguien fuera del camino, sin embargo hubiera podido ser una pieza clave para poder llegar a Adriano.

La razón por la que Sunshine supo que Isaac estaba con Dahiana en su departamento es porque tengo el control de todo fuera de aquí.

Aún no ha amanecido del todo. Me paso la mano por la nuca recostándome en la silla mientras cierro los ojos, la conversación entre Dahiana y Isaac sigue intacta en mi cabeza.

Y quisiera borrarla porque me hace pensar en cosas que no debería. Lo hecho está hecho y no hay nada que se pueda hacer por ello. Las cosas pasan y no hay vuelta atrás. Aquí abajo es muy fácil seguir lo rápido que pasa el tiempo, los segundos viajas en cada respiro que doy y el tiempo en vez de darme vida, me da menos tiempo con Sam y Henry.

Hoy es uno de los días desde que me separé de ambos que más los añoro. desde hace más de dos años es cuando más vulnerable me he encontrado, escondido tras grandes paredes de hielo, sin embargo en el centro tan vulnerable que solo puedo recordar el porqué no deje las drogas justo antes de escapar de la Cosa Nostra.

Eran mi manera de adaptarme por momentos a todo lo que me había pasado, a lo que nos había pasado y que ha dejado secuelas que parecen incurables. No había día en que no pensara en mi mama, en cómo se sentía tener su cuerpo contra mi mientras seguía caliente para luego sentir un frío que fue interminable. No había momento en el que no pensara en lexie, en cómo tuve que dejarla huir, porque una vez más la pesadilla que soy, mi oscuridad la alcanzó y ese había sido mi castigo. Perderla.

No abro los ojos cuando escucho los pasos que pasan la puerta, reconozco el olor de Lexie así hayan pasado mil años. Siento su mano en mi espalda y no la aparto cuando sube y baja mientras mantengo los codos clavados en mis rodillas.

—No subiste a dormir anoche. —susurra y mantengo los ojos cerrados sintiendo como sube y baja su mano por mi espalda.

—No podía dormir, así que hubiera tenido caso si subía o no. —murmuro.

No podía dormir porque tengo este ardor en el pecho y la cabeza que no me deja pegar los ojos. Y no me gusta porque se lo que significa y no lo que es.

Algo malo va a pasar.

—Solo estás cansado,  mi amor. —susurra y siento como se afinca de la mesa empujando mi silla un poco, antes de meter la mano en mi cabeza acariciándola y la suavidad que siempre ha desprendido se hace presente.

IRA (VI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora