CHIARA LA NINFA
Stark
Noviembre 24, Día de acción de gracias. 06:30.
Nunca he sufrido de ansiedad, bueno no hasta unos años, y tengo que decir que es unas de las peores cosas que he podido sentir, porque se siente por dentro, se siente vivido aunque el mundo está siguiendo como debe de serlo y tu sientes que eres algo que no funciona, que es defectuoso y que por ello todo va a salir como no debe. Y mientras tu te desmoronas por dentro el mundo sigue igual afuera como si nada, esa es la ansiedad. O por lo menos yo la veo así.
Mis ojos viajan a la mujer que está sentada en una de las sillas altas de la cocina, Melanie viste una camiseta manga larga y pantalones de pijama. Se ve algo cansada sin embargo de alguna forma me gusta ver que está entre nosotros otra vez.
La razón por la que estamos despiertos tan temprano es porque...
—Tengo hambre. —bajo la cabeza cuando Aiden jala mi vaquero estando de pie junto a mi mientras yo mantengo la taza de café en mi mano.
—¿Y qué compro yo con eso, niño? —pregunto serio.
Rodea los ojos como su madre.
Estos niños se despiertan en cuanto sale el sol, y joden todo el puto dia hasta que la noche cae. Aiden se va dando la vuelta por la isla y Ranger se mantiene mirando la ventana que tiene una fina capa de nieve.
A veces su silencio momentáneo me recuerda a mi.
Pero solo a veces.
Giro la cabeza en dirección a la brasileña, tiene cara de cansancio y es entendible debido a las condiciones en las que llegó sin embargo también tiene estilo de qué una bestia no la ha soltado en días.
—Toma. —digo y le deslizo la taza de café por la mesa.
Ella la atenta con las manos rodeando la cerámica caliente y sus ojos verdes brillan un poco más hoy.
—Gracias. —susurra y asiento antes de ponerme de pie decidido a irme a trabajar en algunos bocetos y prototipos.
Sunshine tiene razón, Steel tiene razón, y los tres la tenemos no vamos a vivir en un mundo un año más con Adriano suelto.
Siento un odio tan grande hacia el que siento que me enveneno poco a poco cada dia mas, no hay forma de que olvide todo lo que nos hizo pasar, no hay dia en el que no recuerde lo que le paso a Victoria, no hay dia en el que no recuerde cómo se me pasaron los días con la droga en mi sistema.
El asco que llegue a sentir por mi es algo que no se ha ido aún, hay momentos de vulnerabilidad que ya no puedo evitar sentir, mientras el tiempo pasa mas podrida esta la herida que tengo y sangra con la mínima provocación.