Sterling
La chica hablaba por los codos, por lo que se llevó muy bien con Dominick, que era igual que ella.
Me había fijado mucho (más de lo que debería) en ella cuando la vi en la sala de prensa, porque era, sin exagerar, una de las chicas más guapas que había visto nunca. De pelo largo y oscuro, piel dorada, ojos brillantes y labios llenos. No se parecía una mierda en Carl. Y, a todo eso, no sabía que Carl tenía sobrinos. De hecho, no recordaba siquiera que tuviera hermanos.
―Oye, Carl ―lo llamé y él me miró―. ¿Desde cuándo tienes hermanos? Me dijiste que eras hijo único.
―Y lo soy.
―¿Entonces? ―Señalé a Jade confundido.
―No es mi tío de sangre ―explicó ella―. Era el mejor amigo de mi tío y el de mi madre, sus padres eran amigos de mis abuelos, y he crecido con él siempre en casa.
―Oh. Vale, eso lo explica todo.
―¿El qué? ―cuestionó Carlston.
―Que no os parecéis en absolutamente nada. Pero en nada, nada, nada, nada.
―Mentira, si somos iguales ―bromeó Carl.
Y no, no se parecían ni un poco. Él era de un rubio tirando a pelirrojo y de piel blanca como la leche.
―En el blanco de los ojos ―murmuró Jade con una sonrisa.
―Y mucho es. ―Pablo rio.
Un teléfono sonó en la mesa y Jade se apresuró a coger su bolsa, la cuál tenía colgada en la silla.
―Dios, perdón, pensé que lo tenía silenciado...
Sacó el móvil y lo silenció rápidamente. Sin poder evitarlo, eché un vistazo a la funda de su móvil. El pase de prensa se le había pegado allí y leí su nombre completo. Jade Lennox. Al instante, todo se hiló en mi cabeza. Cuando volvió a guardar el móvil y a colgar la bolsa, no pude evitar preguntar.
―¿Te llamas Jade Lennox? ―pregunté para asegurarme de que había leído bien su identificación.
―Ese es mi nombre, sí.
―Gran apellido ―comentó Dominick.
―Grandísimo ―corroboró Pablo.
―Lo es ―murmuró con una pequeña sonrisa.
―Eres familia de Ray, ¿verdad? ―pregunté, haciendo que me mirara―. Carl nos contó que lo conocía y tenía una buena relación con él. Si tú eres como su sobrina y además te apellidas Lennox...
―Dos más dos, cuatro. Enhorabuena, chaval ―dijo Carl con una sonrisa divertida.
―¿Eres familia directa suya? ―preguntó Dominick sorprendido, mirando a Jade.
Y era una sorpresa, por supuesto. No se conocía familiar directo de Ray Lennox, salvo a su hermana. No se sabía cómo era físicamente, pero se sabía que existía. Ray había sido uno de los únicos jugadores de fútbol que supo ocultar en su totalidad su vida privada. No se supo nada de su familia, ni de sus parejas, ni de sus tres hijos... Nada. ¿Sabéis lo complicado que era hacer eso, siendo uno de los mejores jugadores del mundo?
―Su sobrina más pequeña ―confirmó Jade.
―Oh. ¡Oh! ―exclamó Dominick.
Dom era un gran admirador de Ray y no os podéis ni imaginar cómo lloró cuando falleció.
―Jade es la única sobrina pública de Ray ―explicó Carl―. ¿La famosa foto de Ray con la copa de campeón de liga, con una niña en brazos? Ella es la niña.
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Fuera de juego ©
RomansaSterling Abbey está en guerra con la prensa; está cansado de que su vida privada sea más relevante que su carrera futbolística. ¡Es el mejor portero de Europa! Y aún así, cada semana es portada en todos los medios digitales por ser visto con alguna...