Capítulo 17. Tirando Del Hilo

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Lo primero que sintió al abrir sus ojos y tomar consciencia fue que su cuerpo lo sentía como si alguien le hubiera pasado por encima con un camión monstruo y los neumáticos tuvieran agujas incrustadas que lastimaron su piel

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Lo primero que sintió al abrir sus ojos y tomar consciencia fue que su cuerpo lo sentía como si alguien le hubiera pasado por encima con un camión monstruo y los neumáticos tuvieran agujas incrustadas que lastimaron su piel. Desde la punta de sus pies hasta el último pelo de su cabellera se sentía adolorida. Más que eso, se sentía que ella estaba atrapada y su piel era su cárcel que le causaba tormento.

Lentamente se puso de pie para buscar sus pastillas que le ayudarían a hacer tolerable su agonía física, no obstante, apenas puso un pie en el suelo frío, se dio cuenta de que sus pies estaban descalzos, pero que no vestía su pijama, sino un vestido de algodón blanco de tirantes con su chaqueta de cuero blanca. La misma ropa que usó la otra noche.

Entrecerró sus ojos, frunció su ceño y con precaución, como si ella misma fuera una pieza de vidrio, se abrazó a sí misma. No recordaba lo que había sucedido el otro día, mucho menos la razón de por qué sé había ido a la cama con esa ropa.

Recordaba que había faltado al autolavado, que visitó a Jenna, tomó el reloj y Cedric....

-Por Dios.

Poco a poco su memoria se fue refrescando, y con ello el sueño y fatiga que tenía se disipó para que el terror e incredulidad de lo que vivió hace menos de ocho horas la envolviera por completo y le provocara escalofríos que se asemejaban más bien a espasmos por los continuos que eran.

Un grito ahogado brotó de su garganta tras recordar cómo Damon la había mordido, e inmediatamente buscó el espejo de cuerpo completo que había en su habitación solo para llevarse una sorpresa desagradable.

Estaba hecha un completo desastre. Se veía más que desaliñada: era la imagen viva de un personaje que se escapó de una película de terror. Sus piernas presentaban rasguños por las ramas y piedras con las que tropezó. Su ropa blanca estaba totalmente manchada por el lodo y todavía había alguna que otra hoja seca rezagada en su chaqueta. Su rostro tenía igualmente salpicaduras de lodo, y en su cuello de veía lo que era el recuerdo de sangre seca. De su propia sangre que un vampiro succionó de ella.

No entendía el cómo era posible que ella hubiese conseguido llegar hasta ahí cuando lo último que recordaba era que Damon la había soltado y ella cayó rodando por una colina hasta quedar inconsciente. ¿Cómo llegó ella sola hasta ahí? Se suponía que cuando alguien se queda con la mitad de su sangre en su cuerpo es incapaz de moverse, no de caminar como zombie hasta su casa.

Confundida, desorientada, mareada y sedienta, Cora pasó sus manos por su cabeza como gesto de frustración y exhaló.

Primero lo primero, pensó. Sus padres. Ellos debían estar como locos. Si la vieron en ese estado anoche debían estar esperándola en el comedor con una bomba de preguntas. La perspicacia de su padre, y la necedad de su mamá era posiblemente lo segundo más aterrador que ella iba a enfrentarse en menos de doce horas.

𝐒𝐀𝐏𝐏𝐇𝐈𝐑𝐄 𝐄𝐘𝐄𝐒 》the vampire diariesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora