𝗦𝗔𝗣𝗣𝗛𝗜𝗥𝗘 𝗘𝗬𝗘𝗦 ❛Tómame entre tus brazos para que pueda morir por segunda vez❜
Donde 𝐂𝐨𝐫𝐚 𝐁𝐞𝐜𝐤𝐡𝐚𝐦 llega a Mystic Falls escapando de la sombra de la muerte que la acecha y descubre un pasado tormentoso en su familia que cambiará...
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Cora revisó por tercera vez consecutiva su reflejo en el espejo de cuerpo completo de su habitación y sus labios se torcieron en una mueca de inconformidad apenas y sus ojos azules repararon en aquel escote de su blusa.
No sabía que se usaba para las reuniones de compañeros de clase en un restaurante de un pequeño pueblo. ¿Debía ir con vestimenta que usaría para la escuela, o para una fiesta? De ser esto último no estaba segura de poder hacerlo, ya que su guardarropa que se había traído desde chicago no tenía una sola prenda para asistir a clubes o fiestas en casas de amigos.
Lo más llamativo que tenía era un vestido negro, pero este lo había usado en la boda de un amigo del trabajo de su papá once meses atrás, antes que la leucemia llegase a su vida. O al menos de que ella fuera consciente de su existencia. Pero nunca llegó a comprar alguna prenda de vestir para ocasiones especiales sino para uso del diario, por lo que ahora mismo estaba empezando a cuestionarse seriamente si debía recurrir a su computadora para buscar en Internet consejos de que vestir.
Sin embargo, apenas y pensó en esto inmediatamente se convenció de que lo que llevaba estaba bien. Únicamente era una cena con los que eran sus compañeros de clases, no iba a ir a un bautizo o boda de alguien. Además, no quería llamar la atención, todo lo contrario, quería salir de sus radares lo antes posible. Sólo acudiría esa vez, y dentro de dos semanas ella ya no sería el foco de atención. Tenía suerte de que no era la única nueva en el pueblo, sin mencionar lo de la tragedia de los Gilbert, por lo que, si seguía al pie de la letra su plan de seguir bajo las sombras apenas terminase esa noche, estaría bien.
Asintiendo ante su reflejo como forma de aprobación ante sus pensamientos como de lo que llevaba puesto, Cora tomó su bolso que descansaba en su cama cubierta con un edredón celeste y salió de su habitación a toda prisa, ya que ya iba con cierto retraso considerando que ella no tenía idea de donde estaba el Mystic Grill.
Apenas sus pies tocaron el último peldaño de las escaleras, Cora captó los ojos color avellana de su madre sobre ella, quien estaba ante la puerta ajustando lo que era su cinturón como policía del pueblo, y la rubia casi se quería golpear en la cabeza apenas y recordó que su madre tenía turno esa noche, y su papá volvería del trabajo en cuestión de minutos. Tal vez media hora, o un poco menos. El tránsito de Mystic Falls era mínimo en comparación con el de Chicago, por lo que su único retraso serían los escasos semáforos que había allí.
—Así que fuiste sheriff por un tiempo en Mystic Falls. —murmuró la joven rubia mientras descendía el último peldaño y se abrazaba a sí misma, intentando así en un vano intento el poder ocultar su bolso que llevaba colgando de su hombro derecho.
—Oficial—corrigió su madre—. Quise serlo también en chicago, pero tú estabas ante todo lo demás para mi—suspiró—. Sin embargo, ahora las cosas han cambiado, y la vida de pueblo es menos compleja que de la gran ciudad. Sin mencionar que tu padre está más que encantado con la tienda de antigüedades—esbozó una sonrisa—. Le gusta vender eso, especialmente los libros y las figuras de porcelana.
