Capitulo 28. Lo Real Es Para Siempre

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Era un sábado por la noche

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Era un sábado por la noche. Todos los adolescentes salían aquel día con sus amigos o parejas y se sabía que regresaban hasta tarde. Las chicas siempre buscaban algo lindo para ponerse y los chicos atendían su cabello para que este no fuera ni muy estilizado, pero tampoco un nido de pájaros. Sin embargo, la primera cita para toda chica era un infierno, porque nada de lo que tenían en su ropero les convencía y la pregunta más fastidiosa empezaba a rondar por su cabeza por cada blusa y pantalón que lanzaban hacia su cama: ¿Cuándo compré esto? ¿Por qué lo hice?

La cama de Ava Sulez parecía ser una montaña de ropa de paca, solamente le faltaba el letrero que lo dijera. Blusas, camisetas, pantalones, vestidos, faldas y toda prenda imaginable se encontraba ahí, amenazando con llegar pronto al techo como ella no se decidiera por una prenda.

En menos de cuarenta minutos Rosalie pasaría a recogerla, y ella no tenía nada para ponerse. O más bien, nada le convencía.

Gruñó para sí misma mientras se veía semidesnuda frente a su espejo de cuerpo completo. Sabía que debió de haber ido de compras aquella mañana, pero en su lugar se quedó en casa, leyendo, viendo la televisión y haciendo parte de su tarea pendiente.

Lo peor de todo era que no podía pedir consejos a sus padres y mucho menos a Cedric. Él había dicho que tenía que ir con Stefan a la biblioteca por algún trabajo de la escuela del cual ella no sabía bien de que clase era, y aunque podía usar la técnica de modelar ante sus padres y usar lo que ellos no aprobaran, era riesgoso, ya que preguntarían con quién saldría, y no podía decirlo por una sola razón: sus padres eran homofóbicos.

Su madre lo había expresado abiertamente miles de veces que Ava llegó a creer que tal vez no era su mamá biológica, porque, cuando llegase el día de que tuviera que contarle que era bisexual, cabía grandes posibilidades de que la tratase peor que a las brujas en tiempos de los aquelarres de Salem y demás. Y ninguna madre debería avergonzarse de su hija... ¿Verdad?

Y su padre, bueno, él no decía mucho al respecto, pero tampoco contradecía a su mamá, así que debía asumir que compartía sus ideales, pero con menos intensidad a diferencia de Mónica.

Ava suspiró y contempló las puertas de su clóset abiertas. Solo quedaba un vestido floreado que su madre le había comprado hace unos meses y que jamás usó porque odiaba los estampados de flores. Junto al vestido le hacía compañía una blusa de tirantes azul marino con escote en V y lentejuelas, así como un vestido amarillo de manga y falda largas.

No llevaría eso a una primera cita. Ni siquiera a la iglesia. ¿Por qué tenía ese vestido?

Frustrada porque tal vez iría desnuda a su cita, se contempló en el espejo y resopló. Su ropa interior era de encaje color azul marino. La había comprado en Inglaterra junto a un sombrero y un bolso, así como más lencería.

Su cabello negro lo había sometido a un tratamiento para que quedase más liso de lo que ella ya lo tenía y sedoso. Era como sentir terciopelo entre sus dedos. Igualmente, había adelantado el maquillaje con uno ahumado y sencillo. Tenía todo, excepto la ropa y zapatos.

𝐒𝐀𝐏𝐏𝐇𝐈𝐑𝐄 𝐄𝐘𝐄𝐒 》the vampire diariesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora