Capítulo 21. Interrogatorio

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Querido diario

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Querido diario....

Hermanos enemistados, vampiros, muerte, agonía, miedo, caos... Todo eso ya es terrible y horripilante. El solo hecho de que los vampiros sean reales es ya toda una locura, pero, de acuerdo con Damon y Stefan, los hermanos vampiros cabe resaltar, afirman que no solo soy una bruja, sino una bruja que se considera un mito para las propias criaturas sobrenaturales.

Leerlo, pensar eso solamente suena estúpido. Llegaría a pensar que he perdido la cordura, pero sé perfectamente que ellos dicen la verdad. Hay algo malo en mí, y si bien mi objetivo central de llegar a Mystic Falls era tener una vida tranquila, aquella idea acaba de morir anoche junto a Vicki. Mi vida jamás volverá a ser la de una adolescente normal sana o enferma de leucemia. Estoy condenada a luchar contra la verdad y morir en el intento (o peor, matar a alguien) o rendirme ante ella. Y honestamente ya no quiero pensar. Solo quiero descubrir que soy, y si este poder que hay en mi tiene antecedentes.

Damon insinuó que no soy la primera bruja caótica. Tal vez existió otra bruja y de ser así debo encontrar su historia y aprender de ella. Debo aprender a controlar este poder antes de lastimar a alguien más.



Cora pestañeó cuando la luz del sol se coló por la ventana de su habitación y con un suspiro cerró las cortinas. Ya había amanecido, y no había conseguido dormir en absoluto. ¿Cómo hacerlo cuando sabía que había un cuerpo desaparecido al cual jamás se le daría la debida sepultura como muestra de afecto y respeto? ¿Cómo dormir cuando Matt Donovan nunca más vería a su hermana porque ésta estaba muerta?

Cerró su diario y acercó sus piernas hacia su pecho hasta apoyar su mentón en sus rodillas. La noche de Halloween se sentía como un mal sueño. Su celular no había dejado de sonar con mensajes por parte de Ava, Bonnie y el propio Stefan preguntando si se encontraba bien. No respondió a ninguno de ellos, pues no sabía que decir. Ava preguntaba si estaba bien, y si sabía algo acerca de Vicki, Bonnie igual, solo que también le decía que cuando lo deseara podía buscarla. Aquello sorprendió a Cora, pero no propinó respuesta alguna. Su cabeza no podía pensar en nada más salvo en Damon volando por aquella puerta y en la piel de Vicki tornándose gris.

Solo deseaba desaparecer. Irse a alguna parte del bosque, perderse y gritar a los cuatro vientos. Se sentía atrapada en su casa, en ese pueblo, pero, sobre todo, se sentía esclava de su propia mente, en la cual ya ni siquiera sabía si podía confiar. Quería creer que eso sucedía cuando las personas descubrían que se ven arrastradas al mundo sobrenatural y ya no pueden volver a la vida ordinaria a menos que quieran morir o condenar a sus seres queridos.

—Veo que no soy el único atormentado.

Cora alzó su mirada y le dedicó una amarga sonrisa a su amigo pelirrojo, quién acababa de salir de su baño envuelto en una toalla.

—Necesito anestesia para dormir esta noche, porque de otro modo creo que viviré una noche semejante a ésta.

—Ni me lo digas. Ni siquiera sé con qué cara volveré a casa—resopló—. Por cierto, nuevamente te agradezco por dejarme estar aquí. Yo...

𝐒𝐀𝐏𝐏𝐇𝐈𝐑𝐄 𝐄𝐘𝐄𝐒 》the vampire diariesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora