Capitulo veintitrés: No eres mío

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El aire fresco haciéndola despertar de esa realidad que desearía convertir en un sueño profundo, las imágenes siguen llegando a su mente, su novio siendo un pequeño niño y Taehyung igual que siempre con esa apariencia de un joven veinteañero, la diferencia es que la sonrisa que se extendía en su rostro no era lastimera, estaba auténticamente feliz, viendo cómo dos pequeños niños correteaban entre árboles llenos de vida, recuerda como ella se encontraba contenta de verlo, pero este rara vez se acercaba demasiado en cambio le trajo un amigo con quién jugar, un niño de cabellos oscuro con piel de porcelana, era muy bonito pero jamás sería más bonito que su Taehyung...

Sus pensamientos traicioneros llegaban sin parar, pero los sentimientos en su corazón seguían sin cambiar, ella tenía que tomar una decisión en base a cosas inciertas que le manda su mente...

- Veo que ya estás recobrando la memoria...- dijo el rubio interrumpiendo sus pensamientos, sus ojos azules era impresionantes, al principio temió morirse si los miraba, pero resulta que eso es solo cosa de la muerte.

- Hemos sido bastante descorteses contigo Tara, permíteme presentarme...- El rubio peino sus dorado cabellos y tomo el hombro de su compañero deteniendo sus pasos.

- ¿Crees que los nombres importan ahora Jimin? Ella ya te escucho llamarme por el mío, ni siquiera estoy seguro de si deberíamos de decírselos prefiero que se le vengan a la mente junto a sus recuerdos.- Nam aparto la mano del rubio y se concentro en el lugar, Tara aún estaba un poco mareada, ahora mismo después de tomar las manos del rubio seguirlo terminaron en una especie de extraño limbo con una aroma fresco, un cielo lleno de estrellas fugaces cayendo a una velocidad contante, y el piso era como caminar entre las nubes era tan suave que temía caer, gracias a dios tener al rubio aferrado a su mano le daba seguridad, más por las dos enormes alas blancas que le aseguraban ser salvada si de alguna forma caía.

- Como dijo la bella y tentadora muerte, mi nombre coreano es Jimin y el de él Namjoon, y robamos el apellido Kim de Taehyung, a él ya debes de haberlo conocido, él es tu destino...- Tara dudo un poco viendo de reojo a Namjoon que se mantenía concentrado, Jimin parecía sonreír con la mencion de Taehyung era obvio que todos se conocían.

- Yo aún estoy confundida, pero lo único que quiero es ver a Jungkook.- La sonrisa del rubio se había desvanecido de inmediato a una mueca triste que la muchacha no entendió por completo.

- Ahí es a dónde nos dirigimos.- responde la muerte.

Tara noto que el aire ahí tenía un delicioso aroma que le recordaba a su novio, era algo entre dulce y mentolado, bastante fresco.

-Namjoon ¿falta mucho?- el mencionado nego en respuesta.

- Como Taehyung se entere de que lleve a Tara con Jungkook va matarme...- La azabache tembló un poco tomándose las palabras demasiado enserio, Jimin lo noto de inmediato.

- ¡No lo digo de forma literal! no te preocupes...- Después de eso un abrazador silencio los inundo, ella no tenía idea que pasaba por la cabeza de esos extraños hombres que no parecían rebasar la edad de su novio.

Se sentía un poco incómoda, de alguna forma presionada, parecía que esperaban que ella solucionará esto que no sabía que era, mientras tanto el rostro de Taehyung inundaba su mente, antes lo consideraba un conocido pero ahora es algo extraño de describir.

Cuando por fin su mente dejo de enviar imágenes aleatorias de diferente vidas a su cabeza, antes sus ojos se presentó la persona que a causado un revolución interior en esta vida, su piel hermosa brillante, sus cabellos oscuros y sus ojos que ahora estaban tornados azul brillante, se encontraba de pie viendo como ella se acercaba acompañada de la Muerte y Jimin, no parecía en lo absoluto sorprendido.

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