Capitulo Diecinueve: ¿Dudas o conflictos?

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Cuando Tae colgó la llamada con dificultad, no dudo en dirigirse hacia Tara...

Ayer había tenido un presentimiento, sentía algo oprimir su pecho, dejo que el tiempo pasará sin darle tanta importancia, pero está noche un sueño atormento su mente, y en lo único que pensó al despertar era en la azabache.

A pesar de sus escasas habilidades en la tecnología estaba logrando adaptarse bastante bien, tal vez sea por qué es un ser superior, que más da...

Últimamente esto ocurrirá más seguido, los recuerdos de vidas pasadas empezaban a atormentar su mente reviviendo cada uno, también noto a su Ángel favorito recordando, pero esto no era coincidencia el destino que tanto esperaba estaba llegando

Sin dudar un segundo término frente el apartamento de la chica azabache esperando respuesta, tocó la puerta una y otra vez..

Espero pacientemente, mientras reía al oír los paso de su linda chica acercándose para abrir.

Aunque ya no lo era, no era suya...

- Tae...- pronunció con esos preciosos labios que tanto añoraba, rojizos y esponjosos, su cara empapada en lágrimas y mejillas sonrojadas, su voz sonaba asustada y él sabe que cuando Tara se asusta lo que menos necesita es estar sola.

-Tara, linda ¿Quieres un abrazo?. - El castaño no sabía cómo reaccionar con Tara, había pasado tantas cosas últimamente y ella había marcado estrictamente límites, unos que habían echo doler su corazón.

Tara no admitiría la gran preocupación que desborda de su pecho, por alguna razón el sentimiento de cariño que tenía por el castaño aumento demasiado en poco tiempo y entre el clima helado lo único que quería era arrullarse en sus brazos, recordaba lo cálidos que eran y ese deseo atormenta a su corazón.

Tara casi se tiró sobre él, sentía temor pero si el castaño estaba ahí todo estaría bien.

abrazo fuertemente el esbelto cuerpo del contrario aliviandose así misma, el castaño estaba complacido por el acto, sentir el cálido tacto de su amada no era algo que ocurriera muy seguido últimamente, suspirando aliviados como si ahí era justo donde pertenecían, pero el mal avanzaba rápido nadie lo podría saber mejor.

-Tae... y-yo te vi...- Susurró Tara en el pecho de Taehyung aprisionandolo con sus delgados brazos este en cambio parecía relajado como si sus palabras no le sorprendieran.

- ¿Si? ¿En dónde pregunto? - estaba relajado no había pánico en su mirada como si estuviera enterado sobre lo que la muchacha diría.

- No lo sé, yo solo lo soñé...- aferró más su agarre escuchando el corazón de Taehyung latiendo a un ritmo relajante y melodioso, este suspiro y llevo a Tara dentro del departamento cerrando la puerta y colocándose en el sofá con ella en su regazo, el pánico de la chica era tanto que no se inmutó por la posición en la que estaban, se abrazo dejándose hundir por la cálida protección.

- ¿Quieres contarme? - murmullo en su oído con la vos ronca, no era aproposito, instintivamente empezó a mecerse para arrullar a Tara como si fuera una pequeña niña así solía tranquilizarla cuándo era una bebé llorona.

-Sip. - contestó bajito sonando casi infantil, el ambiente se torno silencioso abrazando fríamente el departamento, respiraciones relajadas que se convertiría en tranquilas sinfonías, solo había dos cuerpos cálidos dándose confort, Taehyung asistió sin dejar de mecer a la muchacha dándole la señal para decirle sin palabras que la escuchaba.

- Había oscuridad... Estaba muy sola y aterrada, dolía...- Era difícil de explicar su sentir pero el atento castaño comprendía muy bien esa oscuridad.

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