Capitulo veinte: Te amo

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- ¡¡TARA!!... Contaré hasta 5!!...- y su cuerpo empezó a temblar, la voz de Jungkook sonó diferente, le daba miedo, ese tono más grave de lo usual le causaba pavor, vio al castaño a su lado que no parecía inmutarse, Tara estaba, confundida, asustada y no podía procesar todo a la vez.

Tenía miedo...

¿Jungkook lo sabía?

¿Seguía dormida?

¿Por qué le estaba faltando el aire?

- Tara tranquila.. Jungkook no te lastimaría jamás...- Dijo Taehyung abrazando el cuerpo de la pequeña chica, intentaba brindarle protección, intentaba convencerla de que Jeon Jungkook no era lo que aparentaba pero jamás la dañaría.

- Y si me deja... No quiero que me deje...- Dolió, dolió mucho, Tara no parecía comprender...

¿A este punto seguía eligiendo a Jungkook?

A pesar de la presión que impartía en ella y el miedo que le estaba provocando, a pesar de todo lo que él ha echo.

Se aferró a Tara con mucha más fuerza, tal vez así se diera cuenta de lo acelerado que se encontraba su corazón junto a todos los sentimientos que provocó en él a pesar de parecer imposible.

- Tara!! - Los ojos de la azabache se cristalizaron...

- Voy a abrir Taehyung, gracias por estar aquí.- Aún no era el final tenía dudas sobre el castaño, Tara aún tenía esa inmensa curiosidad, y ese sentimiento que no podía existir hacia el chico del cual habían brotado dos grandes alas...

La habitación pareció sumirse en un inmenso silencio, Tara avanzo sin prisa a la puerta y Tae estaba ahí plasmado viendo cada uno de sus pasos.

Algo no concordaba bien.

No era igual que antes, todo pareció muy diferente a lo que recuerda, ella jamás habría la puerta.

Pero aquí no dudo en hacerlo.

Ella lentamente quitó el seguro para luego girar la perilla, la que encontró tras la puerta fue a Jeon Jungkook con los ojos de un intenso azul sumido en la irá indigna de un ser celestia, Tara vio plasmado a su dulce novio, no estaba contento pareció querer destruir todo a su paso, obviamente el llamativo color de sus iris llamo la atención de la muchacha.

El también era algo sobrenatural...

¿Por qué le mintió?

¿Estaba soñando?

Su respiración se entre corto, sus ojos soltaban pequeñas lágrimas de miedo.

-Jungkook...- Susurro bajito aterrada, este solo la miro con una sonrisa cínica en su rostro, su mente estaba sumida en pensamientos impropios de un Ángel, Miro toda la habitación y cuando sus ojos dieron con Kim Taehyung todo rastro de conciencia se fue.

Odiaba mucho a Taehyung.

Alejo a Tara de la entrada y la ignoro pasando a su lado, vio fijamente al castaño que parecía no inmutarse ni un poco.

- ¿Tú enserio no tienes ni una pizca de decencia? - hablo el castaño sin previo aviso dejando la habitación en silencio.

- ¿Yo? Tú eres el que está en casa de mi novia, regresas después del jodido castigo eterno a cometer el mismo error.- La verdadera imagen de Jungkook estaba saliendo a la luz, un bello Ángel el cual estaba sintiendo cosas que no debería y rompiendo reglas a su paso.

- Mi único error fue sentir lástima por ti, debí saber que serías un traicionero, pero me deje llevar por los estereotipos celestiales, por el aura buena que te rodeaba, lo sabías Jungkook, Tara no puede amarte, Tara está destinada a mi desde tiempos inmemorables, estás rompiendo los acuerdos de dios, y yo ya pague mis pecados.- Decir que a Taehyung no sentía irá era mentir, el odiaba a Jungkook, ese horrible sentimiento formaba parte de su sistema.

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