Capitulo veinticuatro: Susurros del bosque

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El cielo mecia levemente las hojas de los árboles tan llenas de suspiros, anhelos y sueños, sueños que jamas pudieron hacerse realidad.

La realidad misma aveces podia convertirse en un engaño, un bucle sin fin, pero estas tan inmerso en tus propios problemas que no te das cuenta de lo que te rodea.

Si no crees sera imposible de ver... pero segira siendo tan real como el mismísimo aire que delineaba el cuerpo del chico castaño, hacia frio pero no podía sentirlo con la intencidad que se debia

El castaño se habia escapado un momento del rubio para dirigirse al bosque donde habían buscado su collar anteriormente, un bosque oscuro sin ningún toque de luz excepto los brillantes Orbes de Taehyung.

Las palabras que se extingueron en el helado viento, desear cuesta, amar cuesta y las promesas en algún momento tienen que ser cobradas ya sea por el mismísimo karma.

Estaba parado frente al árbol observando detalladamente su nombre escrito en el, era la letra de su amada, ahí se dijeron te amo por primera vez y también habian tenido varios encuentros, tantos recuerdos tantas historias pero un solo resultado, jamas en su vida creyo convertirse en alguien jodido y lamentable.

El tan solo rogaba por una misera pizca de amor, prometer es una cosa pero sentirlo es otra.

¿sientes tus promesas?

Tara nunca hacia promesas vacias sin sentimiento, su mirada tan segura sobre Taehyung ese día se lo confirmó, era hora de cumplir.

Taehyung no solo conoció a Tara en su vida pasada, el había protegido a la chica desde la creacion de su alma, su misión era protegerla.

Su error fue enamorarse profundamente de ella pero no se arrepentida.

El castaño se recosto bajo el árbol, la noche había caído y las estrellas eran visibles y resplandeciente en esa parte del bosque, la luna alumbró el campo de vision de castaño, tan solo la pura existencia de Tae era un maldito error, pero ese error creía ser digno de existir, no haria algo malo solo jugaria sus cartas.

Los millones de destellos del cielo eran una de las cosa que mas le facinaba a Taehyung de la tierra, le parece un deleite observar el resplandor.

Rozó con la llema de sus dedos el tallado de su nombre en ese gigantesco árbol testigo de su historia atra vez de las distintas vidas de su amada, ese árbol era demasiado viejo, aunque no tanto como él.

Los resplandecientes ojos de Taehyung observaron sus alrededores soltando suspiros nostalgicos.

¿Que rayos estaba por hacer?

No tenia un plan en concreto pero por alguna razon sabia que el resultado cambiaria esta vez, por que si no cambiaba no habia razon para que Taehyung estuviera existiendo, el habia esperado tanto, el no habia amado lo suficiente aun.

Observando el precioso brillo de la luna, pensó en lo que haria a continuación, el angel rubio no tenia por que enterarse de todos sus planes despues de todo el castaño no era un ser santo, tampoco era tan egoista para involucrar al rubio.

El viento parecia susurra lo que debia hacer, la manera tan distinguible en que la oscuridad lo rodeaba y la unica luz naciente de sus preciosos ojos se paseaban por los alrededores del bosque, buscando alguna señal proveniente de la ventosidad que le indicara con que acción proseguir paso a paso, cuando en realidad los que le susurraban era su subconsciente y sus deseos mas profundos saliendo a la luz nuevamente despues de tantos años.

Taehyung nunca fue del todo bueno ni del todo malo era un balance proveniente de estos dos sentimientos.

No era un angel exactamente y no tenia por que cumplir las obras de dios o el diablo, su vedericto era propio, el se mantenia ajeno a los asuntos de sus "superiores".

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