𝓑𝓪𝓭 𝓛𝓾𝓬𝓴 🦋 𝓶𝓲𝓷𝓵𝓲𝔁

[✐]Capítulo 22

『Félix』

Minho me había llevado a casa después de la grandiosa y satisfactoria sección de sexo que tuvimos. No puedo negar que sobrepasó mis límites y me gustaría hacerlo de nuevo con él, pero debo ser paciente para no arruinar todo lo que he logrado.

—¿Por qué estás sonriendo como estúpido? — me preguntó Hyunjin.

—Tuve sexo con Minho. ¿Puedes creerlo? — dije en voz baja.

—¿Qué?

—¿Realmente quieres que lo repita?

—No...

—Es bastante bueno en la cama— admití.

—Amigo, ¿no crees que...?

—No empieces con tus sermones aburridos— le interrumpí.

—Solo me gustaría saber una cosa más.

—¿Qué?

—¿Tú se lo pediste?

—Sí.

—Entiendo...

Sinceramente, me ha gustado demasiado tener sexo con Minho y no me cansaré de decirlo.

—Veo el final de mi terrible suerte a la vuelta de la esquina. ¿Puedes creerlo? ¡Me siento my feliz!

Hyunjin simplemente sonrió y se mantuvo en silencio el resto del camino hacia las puertas del edificio de ingeniería, pero decidí no prestarle atención a ello puesto que nada ni nadie podrán lograr que me sienta mal el día de hoy.

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No pude esperar ni un minuto más por lo que decidí buscar a Minho en el edifico de medicina debido a que tengo una inmensa necesidad de besarlo y de mirar su sonrisa una y otra vez porque me fascina.

Lo busqué con la mirada hasta que lo pude visualizar entre el mar de estudiantes que parecen estar bastante estresados y lo entiendo por completo, sin embargo, Minho parece muy radiante.

—Hola— le saludé tan pronto me posé frente a él.

—¿Qué te trae por aquí? — me preguntó y no pude ignorar el hecho de que ha fruncido el ceño como si realmente no se hubiera esperado mi visita.

—Quería verte— confesé. No lo había visto ni mucho menos había hablado con él durante el fin de semana porque ambos teníamos muchas cosas por hacer.

—¿Ahora que necesitas?

Me sorprendí al notar bastante indiferencia en su comportamiento y voz.

—Minho, ¿sucedió algo?

El pelinaranja soltó una risita que me hizo sentir muy nervioso.

—¿En serio lo estás preguntando? ¿Tan descarado eres?

—No sé...

—No finjas más, Félix— me pidió. —Sé perfectamente porque decidiste acercarte a mí.

—¿De qué...?

—Mierda, ¡deja de fingir!

—Yo...

—Lograste captar mi atención— me interrumpió —Lograste gustarme y lograste tener sexo conmigo. Eso era todo lo que querías para obtener éxito, ¿no es así?

—Minho, puedo explicarlo— le aseguré.

—No hay nada que explicar cuando las cosas están más que claras. Lo único que deseabas de mí era usarme para...

—No— le interrumpí. —Primero déjame explicar lo que realmente sucedió, Minho.

—Será mejor que no hables más— me pidió —No creo que pueda continuar escuchando tus mentiras. Espero que hayas logrado lo que tanto deseabas después de haber pasado una noche conmigo.

En estos momentos no puedo dejar de preguntarme como es que se enteró de la verdad si he sido bastante cuidadoso en cada uno de mis movimientos, sin embargo, no puedo negar el hecho de que también me siento muy triste, arrepentido y estúpido por todo esto; sé que no será fácil explicarle cada cosa que me llevó directamente a un camino que no debí de haber tomado porque detesto tanto dañar a las personas. 

—Déjame explicarte, por favor— le rogué. 

El pelinaranja simplemente negó con la cabeza antes de marcharse sin mirar atrás ni una sola vez y eso me dejó muy claro el hecho de que lo he arruinado todo. 

—Me gustaría tanto decirte «te lo dije», pero sé que lo sabes perfectamente— dijo Hyunjin después de posar su mano sobre mi hombro para darme un ligero apretón. —¿Qué piensas hacer ahora? ¿Ir detrás de él para dejarle claro la verdad? ¿O simplemente dejarás que se quede con una mala impresión sobre ti que no es cierta?

—Me gustaría decirle todo— admití.

—Félix, ¿sientes verdadero interés por él? ¿O solo te sientes culpable de su tristeza, decepción y molestia que fue generada por tus malas decisiones?

Evidentemente, necesito tanto que Hyunjin me sermoneé porque es la única persona que me ayuda a entrar en razón.

—No puedo negar que siento verdadera atracción por él y estaba dispuesto a demostrárselo, pero no tuve tiempo gracias a que fui muy estúpido.

—Amigo, sabes perfectamente que te apoyaré en todo momento, así que, ¿por qué no te ganas el corazón de Minho dejando de lado las mentiras y todas esas cosas que te dijo la adivina?

—¿Crees que pueda lograrlo?

—¡Por supuesto! — aseguró —Solo es cuestión de que abras tu corazón y te dejes guiar por lo que realmente quieres.