SA | ❝ Déjame tomar tu mano y demostrarte que hay un camino hacía la tranquilidad.❞
Siempre se solía decir que la amabilidad y la lealtad de un Hufflepuff no encajaría jamás con la astucia y ambición de un Slytherin, pero que grande equivocación. Le...
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onlylove can hurt like this
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Mientras que el profesor Dumbledore se encontraba explicando los procedimientos para elaborar una nueva actividad, Leia tenía apoyado su mentón en su mano y no podía dejar de observar a Hermes, que se encontraba sentado frente a ella.
Hermes White, el chico perfecto para toda alumna de Hogwarts. Habían sido pareja por dos años y medio, pero entrando a sexto, él terminó con ella por una dolorosa razón: comenzaba a tener sentimientos por otra chica.
Su ruptura seguía siendo dolorosa para Leia, ya que solamente habían pasado tres meses desde entonces. Ambos quedaron en que seguirían siendo amigos y tenían a menudo unas cuantas conversaciones.
Eso era lo que más le afectaba, seguir a su lado como una simple amiga y no como su enamorada. Sin embargo, lo aceptaba porque aún quería seguir a su lado. Grace siempre le aconsejaba que era mejor alejarse, pero Leia nunca la escuchaba.
—¿Me está prestando atención, señorita Redmayne?
La voz del profesor Dumbledore, por alguna extraña razón sonó un poco estruendosa, lo cual sirvió para que saliera de su burbuja de ensoñación. Parpadeó un par de veces y se incorporó derecha para cambiar la dirección en la que sus ojos estaban puestos.
El profesor Dumbledore se hallaba cruzado de brazos mientras la miraba expectante y con ambas cejas alzadas, sin embargo, no se mostraba molesto. Todos sus compañeros la observaban, en especial Hermes y Tom Riddle, pero a diferencia del primero, el Slytherin tenía un semblante de burla.
—Sí, profesor —dijo, mientras se aclaraba la garganta.
—¿Está segura? —Leia asintió —. ¿Podría explicarnos a toda la clase lo que les estaba comentando?
Intercambió un furtiva mirada con su mejor amiga, en busca de ayuda. Grace lo notó y levantó la mano, pero Dumbledore negó y señaló de nuevo a la castaña. Parecía que la situación le divertía un poco.
No le quedó de otra más que decir cualquier cosa que se le cruzara por la mente.
—Sobre como transformar un animal en una copa.
Algunos comenzaron a reír, mientras que Dumbledore negaba con la cabeza y sonreía para no hacerla sentir mal.
—Les estaba comentando a sus compañeros y a usted sobre las rondas de prefectos. De ahora en adelante, al menos una vez por semana patrullarán con un compañero de otra casa.
Leia abrió los ojos como platos y mordió su labio inferior.
—Le decía que usted patrullará junto a un compañero de Ravenclaw, será con el señor White —dictaminó Dumbledore. Al menos esa no era una mala noticia ya que podría pasar más tiempo junto a él —, y la próxima semana será junto a uno de Slytherin, el señor Riddle.
