SA | ❝ Déjame tomar tu mano y demostrarte que hay un camino hacía la tranquilidad.❞
Siempre se solía decir que la amabilidad y la lealtad de un Hufflepuff no encajaría jamás con la astucia y ambición de un Slytherin, pero que grande equivocación. Le...
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Slytherin vs. Ravenclaw
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Tal como de esperarse, los partidos de quidditch no tardaron en llegar y ese día era turno de Slytherin y Ravenclaw en enfrentarse. La emoción podía sentirse por cada parte del castillo, tanto por los alumnos como unos cuantos docentes.
—Por favor dime que esto es una broma —pidió Leia, sin dejar de mirar las mangas de su nuevo jersey.
—Por supuesto que no lo es —replicó Tom, con sus brazos en forma de tetera y semblante levemente fruncido —. ¿Por qué piensas que es una broma? ¿A caso no te gustó el obsequio?
Por un pequeño momento se quedó en silencio, por lo que el chico pensó lo peor. Su obsequio era un jersey de la casa de Slytherin, en forma de apoyo a su casa por el partido de esa tarde.
—¡Claro que me gusta! —se apresuró a explicar, luego de ver la cara de indignación que él había puesto —. De hecho me encanta.
—Conociéndote, siento que se aproxima un pero —convino Connor, riendo mientras los observaba.
Leia lo miró con mala cara y volvió a Tom para explicarle, pues hasta ese momento el pelinegro tenía un leve puchero en sus labios y los brazos cruzados. Se veía tan tierno que la castaña no pudo evitar reír.
—Solamente que creo que no es necesario pintarme el rostro con los dos colores —señaló sus mejillas —, el plateado y el verde son buenos colores, pero creo que con solo verme, todos entenderán a que equipo apoyo. Me gusta llevar el jersey y la bufanda, pero mi rostro-
—Es precioso —Tom cortó la próxima réplica de la chica y beso su frente —. Tienes un rostro angelical.
El rostro de Leia comenzó a arder y sintió su sangre bombear con intensidad. Recibir palabras y gestos lindos por parte de Tom era algo que pasaba a menudo, sin embargo, aún le resultaba un poco bochornoso en el sentido de que no sabía como tomarlo, pues era muy bien sabido que ella era una chica muy penosa.
Además, él aparentaba ser un chico rudo y con carácter fuerte, no obstante, al estar junto a ella todo eso desaparecía y era reemplazado por un Tom romántico, lindo y muy halagador.
—¡Mucha azúcar! —exclamó Connor, tapando sus ojos.
—¡Tienes que sentir el espíritu de Slytherin! —casi gritó Abraxas cuando llegó junto a ellos —. ¡Vamos, Slytherin!
—Ni siquiera te gusta el quidditch —ahora habló Reinhart, poniendo los ojos en blanco.
—¡Pero hoy es especial porque derrotaremos a Ravenclaw! —se mofó el platinado en tono jovial.
Entre tanto alboroto, casi olvidaba que tenía que pasar a dejar a su habitación unos cuantos libros que tenía en su bolso, por lo que salió disparada del Gran Comedor luego de despedirse, recalcando que regresaría en unos minutos.
