SA | ❝ Déjame tomar tu mano y demostrarte que hay un camino hacía la tranquilidad.❞
Siempre se solía decir que la amabilidad y la lealtad de un Hufflepuff no encajaría jamás con la astucia y ambición de un Slytherin, pero que grande equivocación. Le...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
great surprise
◈ ━━━━━━━ ⸙ ━━━━━━━ ◈
Por tercera vez en la noche, miró de soslayo a Tom. El pelinegro estaba sentado justo frente a ella y no paraba de mover las piernas y de vez en cuando tronar sus dedos. Era claro que estaba inquieto por saber los resultados.
Media hora atrás, Leia fue sometida a un par de exámenes, entre ellos uno de sangre para descartar alguna enfermedad. El medimago les había dicho que mantuvieran la calma, en especial a Tom, que no paraba de hacer preguntas y por momentos no dejó que las sanadoras hicieran bien su trabajo, por lo que tuvo que salir de la habitación durante el chequeo de su esposa.
—Todo va a salir bien —intentó hacerlo entrar en calma —. Solo hay que tener un poco de paciencia.
—¿Paciencia? —repitió en un hilo y frunció el ceño —. Ha pasado una eternidad y aún no nos dan los benditos resultados.
Para relajar un poco el ambiente, Leia tomó la mano del pelinegro y con el dedo pulgar sobó el dorso de su mano. Cuando obtuvo su atención, elevó las comisuras de sus labios, formando una cálida sonrisa.
—Han sido treinta minutos y esto lleva su tiempo. Tenemos que pensar con positividad.
Tom la tomó un poco por sorpresa cuando apretó con suavidad sus manos.
—No puedo hacerlo en este momento —osciló, todavía con el ceño fruncido, aunque ahora era menos marcado —. Estoy preocupado y simplemente no puedo relajarme.
Y como si con la mente hubiera hecho una invocación, el medimago entró a la habitación. Al instante, Tom se puso de pie y esperó con interés a que dijera algo.
—Los resultados están listos —avisó. Seguido, dio unos cuantos pasos hasta llegar a su distancia.
—¿Qué es lo que tiene mi esposa? —interrogó al instante.
—¿Es algo malo? —secundó Leia, pero a diferencia de su esposo, ella se mostró tranquila.
El medimago rió con disimulo a ver la reacción del pelinegro, después negó.
—Todo lo contrario —prosiguió el medimago con calma —. Lo que tiene la señorita Riddle son síntomas de gestación. Felicidades, tiene tres semanas de embarazo.
Leia abrió los ojos por completo, irradiando felicidad. No podía creer que eso estuviera sucediendo, había pospuesto tanto un embarazo que no había pensado en la posibilidad de tenerlo.
Por supuesto que añoraba con ser madre y formar una familia junto a Tom, pero al principio no pensaron en eso al ser muy jóvenes, después fue porque ambos se sumergieron tanto en las responsabilidades de sus empleos, que no se centraron en eso. Sin embargo, ahora que acababa de recibir la grandiosa noticia estaba más feliz que nunca.
