SA | ❝ Déjame tomar tu mano y demostrarte que hay un camino hacía la tranquilidad.❞
Siempre se solía decir que la amabilidad y la lealtad de un Hufflepuff no encajaría jamás con la astucia y ambición de un Slytherin, pero que grande equivocación. Le...
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winter break
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Las vacaciones de navidad estaban cerca, a tan solo un día y todos en el colegio estaban emocionados por volver a casa y pasar la festividad en compañía de sus familias, incluso Leia, pero había algo que la agobiaba y eso era saber que había una persona que no lo haría y ese era Tom.
Por esa razón, tomó el valor suficiente para acercarse a uno de los amigos del pelinegro y hacerle unas cuantas preguntas.
—¿Malfoy?
El aludido se dió la vuelta y al ver a la castaña, sonrió de lado y la saludó con una inclinación de cabeza.
—Redmayne —mencionó su apellido con sutileza —. ¿Sucede algo?
Ella titubeó un poco, pues era su primera vez hablando con el platinado y no tenía la más mínima idea de como llevar a cabo el tema de conversación, no obstante, si algo sabía era que tenía que actuar lo antes posible.
—De hecho sí —dijo, comenzando juguetear con sus manos —. Sé que esta navidad y año nuevo, Tom se quedará en Hogwarts.
—Así es. ¿Pero, por qué lo dices?
—Bueno, lo que pasa es que no me gustaría que pase estas fechas tan especiales aquí solo, así que tengo pensado hacer algo.
—¿Qué tienes en mente? —preguntó Abraxas, entrecerrando los ojos.
Leia se aclaró la garganta y verificó que el pelinegro no se encontrara por lugar. Después, le contó al platinado cada detalle de su plan, por lo que él se mostró de acuerdo y le dió respuestas a todas sus preguntas.
—Por último —dijo Leia, chasqueando la lengua y señalando al chico con uno de sus dedos —. ¿Qué clase de cosas le gustan?
—Puedes darle algo que pueda portar en todo momento, como por ejemplo un anillo.
—¿Un anillo? —repitió la castaña, no muy conforme —. No lo sé, él ya tiene unos cuantos y no creo que le haga falta uno más.
Abraxas se cruzó de brazos y rió por lo bajo.
—Sé que parece complicado cuando se trata sobre Tom, pero te aseguro que en realidad no es nada de eso, al contrario, es muy fácil de complacer si las cosas vienen de personas que realmente le importan y si tú le das lo más insípido, le encantará.
Por alguna razón, sintió un cosquilleo en el estómago y sin percatarse, sonrió. A Abraxas no se le escapó ese detalle y la miró con atención.
—¿De verdad crees que le guste?
—No tengo ninguna duda.
Más tarde, la castaña se dirigió a la biblioteca, donde el pelinegro se encontraba escribiendo unas cuantas cosas sobre un pergamino.
