SA | ❝ Déjame tomar tu mano y demostrarte que hay un camino hacía la tranquilidad.❞
Siempre se solía decir que la amabilidad y la lealtad de un Hufflepuff no encajaría jamás con la astucia y ambición de un Slytherin, pero que grande equivocación. Le...
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deja vu
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Su clase favorita definitivamente era pociones, el profesor Slughorn siempre mantenía un ambiente relajado y algunas veces, divertido.
—Antes de terminar la clase —habló el profesor Slughorn, examinando a cada uno de sus alumnos —, les dejaré un trabajo que será en equipos.
Leia y Grace intercambiaron miradas cómplices y al igual que todos en el aula, comenzaron a murmurar emocionadas, pero la voz del profesor pidiendo que guardara silencio las hizo parar.
—Les informo que los equipos los he formado yo —continuó.
Las dos chicas hicieron mueca de tristeza, mientras que Connor reía en silencio.
—Señor Wood, usted trabajará junto a la señorita Oldman.
Leia se percató de la sonrisa que se dibujó en los labios de su primo cuando el profesor dijo quien sería su pareja de equipo.
—Señorita Redmayne —continuó Slughorn, dirigiendo su mirada a la castaña —, su compañera de trabajo será la señorita Brown.
Ahora fue el turno de Grace y Connor de intercambiar miradas para después mirar a la castaña. Ella también les devolvió la mirada, pero a diferencia de ellos, la de ella era de incomodidad.
En ese instante, Ophelia, quien tenía al brazo de Hermes al rededor de su cintura, se volvió sin moverse de su asiento y miró en dirección a Leia. Sonrió con amabilidad y la saludó con un movimiento de mano, ella sonrió a medias, sin mostrarse descortés.
No era nada genial tener que trabajar junto a la nueva pareja de su ex y mucho menos si aún tenía sentimientos por él. Suspiró profundamente y cerró los ojos para asimilarlo.
Slughorn les hizo saber que su tarea consistía en investigar sobre los creadores de cada poción que habían elaborado desde su primer año y para que no tuvieran complicaciones si no lo recordaban con exactitud, les dió una lista. También les explicó que en la biblioteca habían libros que hablaban especialmente sobre eso, así que sería mucho más fácil.
—¿Quieres que hable con el profesor para pedirle que nos cambie de equipos? —le sugirió Connor, al finalizar la clase —. De esa forma podrás trabajar junto a Grace.
Leia sonrió y sobó el hombro de su primo, agradecida. Lo adoraba bastante, pero no podía hacerle eso porque sabía lo feliz que él estaba por trabajar con Grace.
—No te preocupes, estaré bien —se acercó a Connor y le susurró —. Sé que te encanta estar junto a Grace, así que tú relájate y pon de tu parte para que se fije en tí. A ella le gusta que los chicos sean atentos y cariñosos.
En ese mismo instante, el rostro de Connor ardió y se tornó de un rojo intenso.
—Te puede escuchar —reprendió, acalorado y señaló a la pelinegra, quien se encargaba de guardar sus cosas.
