𝑳𝒐𝒔𝒕 𝑺𝒕𝒂𝒓(𝑱𝒖𝒏𝒈𝒌𝒐𝒐𝒌♡𝑻/𝒏)

capítulo 23

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Pov ___

Su boca acogió a la mía, en un beso suave, tierno. Jungkook mantenía su mirada fija en mi. El leve brillo que aparecía en su labio, causado por la saliva de ambos. Me mantuve tan fija esta noche en mi enfado, en mi cabreo, que recién captó mi mirada lo guapo que se veía. Vestía con un pantalón ajustado negro, la camiseta de siempre debajo de la chaqueta de cuero que joder de pronto el aire se hizo escaso dentro del auto. Me miró de pies a cabeza, subiendo por mis botas negras hasta volver a mis ojos. No fué mucho los segundos que pasó así, porque sustituyó su mirada por sus dedos, llegando a la parte desnuda que se asomaba debajo de mi abrigo. Le ví tragar saliva, subió más allá de mi abdomen, siguiendo por mis pechos. Cerré mis ojos centrándome en el tacto. Aferrada a mis miedos de esta noche, olvidé lo mucho que necesitaba de su toque, de sus caricias, de él.

—necesito follarte — sincerizó—verte vestida así, te juro que me tienen aguantando toda la jodida noche—entrelazó su mano a la mía, precisando de este momento.

El pelinegro avanzaba hacia mí, y a cada paso que daba, yo me echaba hacia atrás, pegándome al asiento, hasta que lo toqué con mi espalda. La excitación crecía entre nosotros mientras miraba fijamente su cara. Mi corazón comenzaba a palpitar con locura. Pese al deseo que mi cuerpo emitía, el gemido de dolor llenó mis oídos. Abrí mis ojos enseguida, mi mano tocaba la suya.

—estás sangrando—alarmada casi pego un chillido.

Sus nudillos están rojizos. Destruidos prácticamente. ¿Cómo no me había dado cuenta de eso antes? Me pregunto que le hizo cometer tan estúpido acto, que le hizo perder la cordura. Tan absorta en mis miedos que lo ignoré por completo.

—no es nada grave —emitió. Soltó mi agarre.

—tienes sangre Jungkook, claro que es grave—pronuncié.

Por mínima que fuese la herida. La sentía como mía. No sé, este era uno de mis mayores miedos. Sentirme frágil y débil por una presencia masculina. Que fuese motivo de mis preocupaciones, de mi ansiedad. Sé que es una idiotez, que correr en una motocicleta es también un deporte, y que a pesar de ser peligroso es el sueño de muchos en este mundo. No obstante que fuese él, el que lo practicara me explotaba la cabeza. Es una sensación extraña que comenzaba a apoderarse de mi. Soy demasiada negativa, lo sé. Puedo pensar en lo peor que algún día pudiese pasarle, pero solo recordar lo que pasé años atrás me hacían querer aferrarme a Jungkook y jamás soltarlo. Un sentimiento egoísta corría por mi cuerpo.

Estiré mi mano, y abrí la puerta del auto. El pelinegro me detuvo a un paso de pegar mis pies en el suelo.

—iré a por la bolsa de primeros auxilios.

Mi hermano traía en el auto una de ellas por si algo pasaba. Es precavido en ese sentido, ahora para otras cosas, era un desastre total. El maletero se abrió. La bolsa azul apareció frente a mi. Mi mano la agarró y volví al auto. Jungkook parecía estar impaciente porque su pierna se movía contra el suelo. Se supone que debería estar enfadada con él, por no decirme esta parte importante de su vida, pensé que nos teníamos al menos algo de confianza. Sin embargo verle así, encogido en el asiento, con la cabeza escondida en el volante, me hizo morir de ternura.

—¿en que piensas?—llamé su atención en cuanto entré y cerré la puerta detrás de mi. Su vista se volvió mía. Y sus ojos encontraron los míos. Desvié mi mirada, comenzando a husmear en la bolsa azul.

Saqué algodones, y encontré una botella de alcohol. Con esto podía desinfectar la herida que lo hizo retorcer de dolor cuando tomé su mano, y pasé el algodón mojado con la sustancia sobre sus nudillos.