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¿Podrías asegurarte de que Jiminie se encuentra bien?, es la pregunta a modo de ruego que escuchó de Taehyung hacía ya media hora.

El objetivo de su llamada al Omega obviamente había sido saber cómo se encontraban él y la bebé, no terminar un sábado en la noche en el apartamento que compartía su amigo con Park Jimin cuando donde verdaderamente debería estar sería bebiendo para aligerar la carga que significa educar a hormonales puberes.

Park Jimin no era su amigo, tampoco su enemigo, por lo que era correcto ubicarlo en la definición de conocido.

El Omega nunca había hecho ademán en relacionarse con él o algo por el estilo, evendiendo sus intentos de lograrlo ya que, según palabras de aquel Park Jimin ojeroso de diez años atrás, que tengan un amigo en común no significa que ellos deban serlo.

No iba a ser lo que tenía planificado en la noche, más Taehyung había insistido, casi con voz llorosa, y quizás Kim Namjoon es manipulable ante determinados gestos del rango al que su naturaleza como Alfa le exige cuidar.

Malditos omegas manipuladores...

Se detuvo frente a la puerta desde donde se podía escuchar claramente el sonido de la televisión reproduciendo una película. Al parecer no podía librarse de interactuar con Park Jimin por lo que tomó una larga inspiración antes de dejar tres toques suaves con la máxima intención de que no fueran escuchados.

Sin embargo, segundos después, las voces provenientes del interior del apartamento se callaron y fueron sustituidas por el sonido de pasos cansados. La cerradura cedió, la puerta abriéndose completamente y Namjoon contuvo el aliento.

-¿Namjoon Hyung?-Lo escuchó murmurar con voz ronca. Un Park Jimin de aspecto desaliñado y con pijama se mostraba cansado ante él y quizás Taehyung no se equivocó cuando le aseguró que había escuchado algo extraño en la voz de Jimin durante su última llamada.

Lucía triste, por así decirlo. Con hombros caídos y los ojos rojos como si hubiese estado llorando mucho. El Park Jimin altanero que siempre lo observaba imposiblemente erguido y con una ceja alzada había sido sustituido por otro ojeroso y de aroma apagado. Namjoon frunció las cejas ante el porte del Omega.

-¿Qué sucedió?-Le preguntó, quizás en un tono de voz demasiado brusco porque lo vio retroceder un paso. ¡¿Qué mierda?! Park Jimin nunca daba un paso atrás y lo miraba como si Namjoon fuera un gigante, aunque la diferencia entre su altura y la del Omega dijiera lo contrario-Taehyung me llamó...-Confesó, adentrándose al interior del apartamento, perdiéndose los ojos en blanco del Omega ante sus palabras. Observó el rostro de Jimin, quien buscaba desaparecer cualquier gesto triste en su expresión.-Me pidió que viniera a verte porque te escuchó raro cuando hablaron por teléfono-Confesó y Jimin se cruzó de brazos, luciendo molesto.

-Taehyung está encinta, Namjoon-Escuchó su nombre ser pronunciado sin honoríficos y supo que Jimin intentaba recuperar su yo de siempre- Es normal que las hormonas lo vuelvan loco y sobrepiense todo a su alrededor. Quizás me escuchó extraño porque estoy cansado, tuve un día estresante en Emergencias y a diferencia de ustedes, lo más grave a lo que tengo que enfretarme no es a que un adolescente que cree que tiene el mundo en su contra no haga la tarea-Dijo, intentando eliminar cualquier duda de posible malestar en él-Además, no tenías por qué venir aquí de todos modos. Tú y yo no tenemos relación alguna como para que vengas a preocuparte por mí. Preocúpate por ti mismo.-Masculló, luciendo a la defensiva. Namjoon arrugó las cejas.

-Puede que Taehyung sea un desastre hormonal que sobrepiense todo en estos momentos, y que tú tengas el trabajo más estresante del mundo y seas el dolor de trasero más grande del universo por el cuál no debo tener la menor preocupación-Masculló, serio.-Pero Taehyung es mi amigo y te adora casi tanto como se preocupa por ti, y si tenerlo tranquilo significa aguantar el hecho de que te crees el ombligo del mundo, lo haré. -Le echó en cara. Park Jimin no ablandó su expresión.