Amando Al Beta © [ L. I. 1 ]

Capítulo 2: Te odio

—¿Anne?—me giro amedrantada.

—¿Sí?

—¿Quieres sentarte con nosotros?

Vuelvo a mirarlo y mis alertas se encienden. Liam ha decidido acercarse, mi respiración se agita, mi pecho se mueve bruscamente.

Nunca antes había sentido las cosquillas que empiezan a mortificarme dentro de mi estómago. Las escenas tristes que el protagonizó aparecen como trailers de películas en mi memoria. Hago mis manos puños, el miedo y el odio se apoderan de mí. Veo más fácil darme vuelta y huir.

Me estrello con la pelirroja.

—¿A dónde vas? ¿Sucede algo?—intento esquivarla, ella se mueve conmigo. Evito gruñir.

—Tengo que irme

El aroma a melocotón se hace más intenso, está acercándose.

—¿Qué? ¿Por qué?

Dios mío, ayúdame.

Le brindo una sonrisa.

—Discúlpame, pero no puedo hablar ahora.

La esquivo y salgo corriendo.

Sabía de antemano que enfrentarlo ablandaría los simientos de éste rencor. Sería caer rendida en su piel dorada y sus fuertes brazos. Y eso no podía permitírmelo.

Camino rápido hacía el jardín principal, me detengo de golpe cuando veo a los señores Fox. Abro mis ojos desmesuradamente y me giro. Suspiro de alivio cuando noto que la pelirroja a retenido a Liam del brazo, parloteando, él trata de safarse, pero ella habla y habla.

Miro a mi alrededor, buscando una salida. Pero sólo veo árboles y más árboles.

¿El bosque?

—Anne...

Se lamenta Flora. La ignoro.

El bosque será. Tomo la falda de mi vestido y camino rápido por el pasto, rezando al cielo para no caerme debido a las altas plataformas. Me interno en su oscuridad y humedad.

Esquivo los árboles, alejándome de su aroma dulzón. Me escondo detrás de uno con tallo ancho. Pego mi espalda a el, respirando con dificultad.

Por Dios, por Dios...

Llevo mi mano a mi pecho, tratando de calmar el sonido errático de mi respiración.

—¡Anne!—grita, buscándome. Cierro mis ojos, rechinando mis dientes.

Escucho sus pisadas quebrar las ojos secas. Entierro las uñas de la otra mano sobre la madera.

—¡No te escondas!—lo escucho del otro lado, un poco cerca. Me muevo de lugar, siendo sigilosa.

Rezando en mi cabeza.

—¡No me estoy escondiendo!—grito caminando encorvada.

—¡¿A no?!—responde. Ha empezado a moverse más rápido, lo veo de solasyo mientras me escondo entre los árboles.

Me detengo cuando llego al otro lado, Liam está del lado contrario, donde me encontraba antes.

—¿Entonces estás huyendo?—doy un repingo cuando lo escucho un poco cerca.

Bendito aroma de Mates. Me muevo de nuevo, encontrándome agitada ya.

—Sí, porque no quiero verte.

Aquella confección no le sorprende. Su respiración se mantiene igual.

—Lo sé. Hice cosas horribles, fui un...