Hola tú.
Quería dejarte esta notita en agradecimiento por tu amor.
No sé si te lo han dicho antes, pero eres increíble. Me alegra saber de que aún existen personas como tú. Gracias por la espera y mantenerte aquí. Me animas mucho.
Gracias por todo, de nuevo.
Gracias ☺
Mont.
Ahora si, disfruta.
💜
Hoy era mi día de descanso. Y tenía muchas cosas por hacer. Es más, había hecho una lista en mi cabeza.
Primero, saldría a dar un paseo con Liam en nuestra forma lobuna. Segundo, visitaría a mis padres. Estaba segura de que Isabella debía estar insultandome en mandarín por mi falta de atención a su persona. En tercer lugar, ir a ver como sigue Mason. Me enteré que le dieron algunas semanas de descanso, pobre chico. También necesitaba hablar con Enzo acerca de lo que habia soñado con Magnus, y por último, pero no menos importante. Ayudar a Nat.
Y sí, sé que no es algo en lo que debería meterme. Pero es que no había podido dormir muy bien ante los pensamientos que surcaban en mi cabeza. ¿Se merecía mi compasión?, lo más probable es que no, pero mamá me enseñó a ser siempre fiel a lo que soy. Si debía fingir indiferencia porque no era capaz de aceptar que le estaba dando una oportunidad a Natalie, entonces estaba fallandóme a mi misma, a lo que realmente era.
Y no estaba bien. Yo no era como ella. Y no, no podía dejar pasar todo su asunto.
—Yo voy a cambiarme en esta parte del bosque y tú...—señala la zona verde al otro lado de la carretera— justo en frente.
Lo miro agobiada.
—No voy a entrar allí yo sola.
—Bonita, tienes a Flora.
—No voy a entrar sola —repito decidida al tanto que cruzo los brazos.
—Estás asustándote de algo que es demasiado hermoso —susurra acercándose. Liam me hace mirar el lugar que nos rodea. Me abraza desde atrás posando su cabeza en mi hombro—. Eres muy capaz de entrar allí sin temores, pero estás dejándote llevar de la incapacidad de ver el bosque a causa de los árboles.
—No estoy entendiéndote.
—Bonita, estás tan centrada en las cosas pequeñas que puedes encontrarte al entrar o en las sombras que crean los árboles, que te has negado desde un comienzo a ver toda la imagen completa. No digo que ver los pequeños detalles sea menos importante, pero muchas veces, admirar todo desde un punto más amplio nos hace apreciar la belleza que hay en la simpleza de las cosas.
Bueno, era verdad. Pero yo sabía que en los bosques del mundo sobrenatural no existía tal simpleza.
—Estás hablando tonterías...—digo orgullosa al girarme para verlo mejor.
—Entonces mi gran amigo, Robert Stenberg. Es un gran mentiroso.
Frunzo mi ceño. Liam se ríe ante mi expresión, se inclina un poco y deja un beso en la punta de mi nariz. Me quejo.
—¿Quién es ese?
—Invenstigalo más tarde, bonita. Hoy no vine a dar cátedras de psicología. Quiero conocer a mi princesa danesa —Revuelo mis ojos—. Entra allí y no pienses solo en los árboles. Esta bien ser precavido, pero en ocasiones te limita a disfrutar. Estas pendiente a los detalles, sin embargo, no has visto las diferentes figuras en las cortezas de los troncos o como la luz de sol dispersa alguna de las sombras que crean los árboles. Y mucho menos, has prestado atención a cosas más generales, tal y como acabo de explicarte. Dime, ¿que opinas del sinnúmero de dhalias que crecen a los pies de cada árbol? ¿del aroma, de la sonata que canta el viento al chocar con las hojas y ramas? La diosa del bosque está dándonos todo esos privilegios.
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Amando Al Beta © [ L. I. 1 ]
Loup-garouLiam es un chico demasiado dulce. Es Valiente, responsable y amoroso. No hay nada más importante para él que su círculo íntimo, sus camaradas. Más que sus amigos, son su familia. Habían crecido juntos desde niños y habían logrado crear un lazo inde...