Maratón 1/3Disfruten.
Con amor, Mont.
💜
Le doy un manotazo a las manos de Magnus cuando intenta bajar el filo de mi vestido. Se ríe.
—Puedo hacerlo yo sola —sus ojos siguen mis movimientos cuando ruedo la prenda por mis muslos—. No había algo más largo, ¿entre menos tela más barato?
—Entre menos tela más puedo admirar —dice con voz socarrona señalando el interior del auto. Le doy una mirada fulminante antes de ingresar a el.
Se acomoda a mi lado segundos después. El miedo me empaña los ojos cuando acomoda una daga en su bota militar.
—¿Eso es necesario?
Se endereza, me mira alzando una de sus cejas pobladas.
—¿Qué crees que ésto Anne, una pelea de infantes?
—No, pero siempre se puede evitar la violencia.
—No cuando se lucha por los que amas.
Sus palabras me toman desprevenida. Busco un significado en ellas mientras lo veo acomodarse en el asiento.
—¿A qué te refieres?
Me ignora. Los dos puestos de adelante están vacíos. Me había dicho que los gemelos no vendrían. Todo encaja en mi cabeza. La sorpresa me da una fuerte cachetada. Ellos eran valiosos para él. No sólo por sus habilidades, eran importantes.
—Ahora lo entiendo —el tono de mi voz llama su atención —. Lo haces por ellos, por tu familia de cuatro y la gente que vive allí.
Le sonrío con todos mis dientes.
El semblante tranquilo desaparece, el rubor natural que siempre permanece en sus mejillas se intensifica.
—Has dejado que todo salga a la superficie.
Grito cuando se abalanza sobre mí. Quedo aprisionada contra la puerta del auto. Un aroma frutal irrumpe en mi nariz, sus ojos amarillos están encendidos, puedo ver la llamas doradas en ellos.
—Cuida que dejas salir de tu boca rosada, Anne Morets —mi pecho sube y baja, esta demasido cerca. Sonríe ante mi nerviosismo—. Que sea amable contigo no significa que ya no quiera comerte.
—Aléjate —coloco mi mano en su pecho, intentando levantarme. Magnus se afianza al sillón, causando que me encoja de nuevo.
Dos colmillos crecen ante mis ojos, su cabeza se mueve hacía adelante tratando de tomar mi boca entre la suya. Me agito rápido, ladeo mi rostro golpeando su pecho. Se burla alejándose.
—Estás loco.
—Y tú demasiado hermosa —me enderezo, tratando de colocar inútilmente distancia entre su cuerpo y el mío—. Pero eso no te hace inmune, ten cuidado.
No digo nada más. Tampoco cuando dos hombres entran al auto y uno de ellos lo coloca en marcha.
Estaba a kilómetros de un pronto desastre.
💜
Mi loba se remueve dentro de mí. Estamos cerca y no puedo evitar la sensación reconfortante. El aroma tan característico de las dhalias se cuela en el auto a pesar de los vidrios cerrados.
Nos detenemos cerca de los límites. Donde vine con Liam aquella mañana. Magnus abre la puerta y me invita a bajar después de él. Le hago caso, su mano me ayuda a estabilizarme, acomodo el vestido que se ha subido un poco.
ESTÁS LEYENDO
Amando Al Beta © [ L. I. 1 ]
Hombres LoboLiam es un chico demasiado dulce. Es Valiente, responsable y amoroso. No hay nada más importante para él que su círculo íntimo, sus camaradas. Más que sus amigos, son su familia. Habían crecido juntos desde niños y habían logrado crear un lazo inde...