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—Mi dulce flor dorada, ¿Qué buscas?
Le preguntaste tu esposo quién toquetea sus bolsillos algo confundido.
—No... encuentro mi bolsa de moras...—
Susurra en tu oído, lo miras y presencias como sus mejillas se empiezan a calentar de la pena. Una sonrisa se plasma en tus labios ante la situación...—Tranquilo, yo pago.—
Tú mano va hacía tu bolsillo trasero pero Zhongli agarra tú brazo.
—No tienes que hacerlo, ya fue la 3ra vez ésta semana...—
Habló apenado intentando convencerte de no pagar.—¿Cuánto sería señorita?—
Le preguntas a la vendedora quién esperaba con las bolsas en el mostrador siendo espectadora de todo lo que pasa.—Eh... serían unas 206 moras joven.—
Le das la cantidad dicha y agarras las bolsas bajo la sombría mirada de tu pareja.
—Te dije que no pagaras...eres muy terco.—Te quitó la bolsas de la mano con cuidado de no dañar nada dentro de ésta pero no le tomas importancia y agarras su mano con delicadeza, la llevas a tus labios besando sus nudillos.
—Sabes que no tengo problemas con el dinero Li...—
—Pero sabes que no me gusta deberte na-.
Tu dedo se pone encima de sus labios callando sus quejas.—Mientras te tenga conmigo todo bien, volvamos a casa cielo ¿Sí?—
Alejas tu dedo de su cara y agarras su mano de nuevo, tirando de ella a un Zhongli con los cachetes algo rojos en completo silencio...[♡]
Era de mañana, justo el día de tu cumpleaños y no tenías a tu preciado esposo a tú lado. No tenías nada que hacer hoy... pero no tenías planes para hoy...
—¿Qué hago?—
Tal vez pasar el día en casa estaría bien... todavía recuerdas cuando eras un niño y tu madre te levantaba con un feliz cumpleaños con tú regalo en mano. Pero ahora eras un adulto de más de 6000 años con un trabajo excelente y una vida hermosa.
Durante esos segundos de pensamientos no escuchaste la puerta ser abierta por Zhongli quién ya estaba vestido con una bandeja de desayuno.—Buenos días, ¿Qué ocurre por tu mente amor mío?—
Habla mientras se dirige a la cama grande, dejando la bandeja en tu regazo y se sienta en el borde del colchón.
—Hola... solo pensando en estupideces. —
—Pensar sobre tu pasado no es una estupidez...—
Conociéndote como la palma de su mano, sabe en que piensas justo en este día del año pero ya está acostumbrado.—Desayuna primero y después toma un baño, saldremos hoy.—
Besa tus labios para después salir de la habitación y empiezas a comer preguntándote que será de éste día...
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Caminando por Liyue Zhongli te llevó a varios lugares por los que solías pasar e ir a ver el rito de Descenso entre las demás personas, de reojo veías al dios sonreír al ver que aún lo veneran como hace cientos de años.
Después de pasar todo el día afuera vuelven a casa cansados listos para cenar e ir a la cama.—Preparé la bañera para los dos, quiero probar una vela nueva...— Habla Zhongli asomándose por la puerta del baño, asientes con la cabeza y vas al armario a agarrar la ropa para dormir. Vas al baño y ya ves a tu pareja dentro de la bañera esperando a que vinieras.
—No mires.— Le hablas dejando la ropa y dándote la vuelta empezando con quitarte la parte superior de tu ropa.
—Depende que no quieres que mire.— Habló sonriente mirando tu espalda pero después se concentró más en la espuma que lo cubría hasta la altura del cuello.
Con cuidado entras y te sientas en la bañera suspirando ante el calor abrazador, te apoyas contra el borde cerrando los ojos descansando unos segundos.
A pesar de ser unos segundos Zhongli ya estaba medio aburrido de jugar con la espuma por lo que desliza lentamente hasta quedar a tu lado y apoyar su cabeza en tu hombro.—¿Qué te tiene tan cansado mi amor?— Pregunta susurrante en tu oído, su mano toca tu mejilla acariciándola suavemente. Tus mirada agotada ve la suya radiante y tranquila mostrando preocupación hacía ti.
—No es nada Li, solo quiero disfrutar éste día contigo.—
Un beso tuyo termina en su mejilla y otro en sus labios, riendo gentilmente ante su cara algo roja por los nervios pero el Arconte decide devolver esos toques con más toques, muchos besos en las mejillas, labios e incluso párpados, pareciendo que tu cara iba a quedar rosa debido al bálsamo que siempre utiliza. Tu esposo ríe un poco al ver tu mirada pérdida pareciendo una persona borracha de amor.
—¿Ya te rendiste? Y sólo que fueron unos segundos ♡~— Habla el padre del mora viendo tu situación actual.—Puede que sí, caigo en tus brazos cuando tus labios besan los míos como si fuesen flores de seda tocando tu piel en todo momento~—Respondes de la forma más cursi que pasó por tu mente, te acercas al hombre y lo abrazas contra tu pecho.
—Sabes... aún recuerdo cuando nos conocimos.—Habló después de unos minutos.
—Yo también... ¡eras muy arrogante! Recuerdo muy bien las veces que me golpeabas con tu capucha... ni me perdonaste después.— Exclamas ante los recuerdos que volvieron a tu mente.
—Era muy joven en ése tiempo aunque lo siento por golpearte tantas veces, mi ego se había subido mucho en ese tiempo.— Habló apenado al recordar su yo del pasado quién se parecía un mocoso cuando no quería lo que conseguía.
—Nah, está bien, disfruto mucho ahora de tu yo anciano. Como dice el dicho "Mientras más arrugada la pasa es más dulce es la fruta."— Un sabio lo dijo y tuvo mucha razón.
—¡T/N! ¡¿Qué clase... de dicho es ese?!— Habló entre risas cubriendo su cara roja como el tomate detrás de sus manos.
—¡Es verdad! Mírate sigues siendo hermoso en todos los sentidos, a pesar de tu mala memoria...— susurras lo último para ti mismo.
—Sí entonces lo dices así tú tampoco te quedas atrás, durante estos años aún me siento el hombre más afortunado de tenerte. Gracias por seguir aún de mi lado. — Acaricia tu mejilla sonriente.
—Yo también te lo agradezco Li, ahora salgamos del agua porfa, me siento una pasa de uva...—
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Holas, hace mucho que no escribía algo y aquí tenemos esto, les deseo un año prospero y lleno de felicidad ♡