¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿Un cazador viajando con un demonio? ¡Qué único!—
El pilar de sangre ______ ______, se alegra al escuchar ésa noticia, sus orbes (c/o) brillaron de la emoción.
—¡Único pero inaceptable!— El pilar de llamas Kyojuro exclama, sentado a tu lado sus brazos cruzados sobre su pecho.
La risa retumba en tu pecho tus manos descansan en tus piernas y te levantas.
—Iré a detener a Shinasugawa-san antes de que mate al demonio~— Con eso te retiras a dónde el albino rabioso con katana en mano.
(...)
Atiendes tus heridas superficiales en camino a la finca mariposa, tu cuervo ya voló avisando a Shinobu que preparará las cosas para la operación.
—¡______!— Escuchar a alguien detrás de ti, giras al ver a Kyojuro correr hacía ti asustado agarra tus brazos para sostenerte.
Sus orbes bicolor mostraban desesperación y miedo...
—Tranquilo Kyo, sólo es superficial. Sabes que estaré bien.—
—¡No me interesa!, ¡no quiero perderte otra vez!— Tus piernas se debilitan y caes de rodillas con Kyojuro que acuesta tu cabeza en su regazo, sus manos apretan la herida en tu abdomen tratando de coagular la sangre.
—¡Estamos aquí!— Los Kakushi llegan con una cama médica, suben tu cuerpo mal herido y corren con el pilar a la finca lo antes posible...
(...)
Veías el techo de tu habitación con aburrimiento sin poder hacer nada, debías quedarte en cama y no podías salir de ella. Tus heridas estaban lo suficientemente sanas para que te levantarás.
Pero tener a dos Rengoku bajo tu cuidado era casí imposible.
De casualidad Kyojuro entró con una bandeja, se sentó a tu lado y coloca la bandeja en tu regazo.
—Espero que te guste, Senjuro se esforzó. —
—Entonces lo disfrutaré un montón. Gracias mi amor.— Le das el primermordisco al arroz, casí lloras al sentir de nuevo el sabor salado en tu lengua.
El pilar de llama te miró sonriendo ante tu expresión, esperó a que terminaras tu almuerzo. Se levantó y fue a uno de los muebles dónde guardaba el botiquín que fue regalo se Shinobu.
—¿Puedes bajar un poquito tu kimono?— Había Rengoku de espaldas, él sin poder ver como tus mejillas se tornan rojas.
—¿Ah?—
—Para las vendas, no pienses en nada raro.— Vuelve al mismo lugar, abres tu kimono y lo bajas hasta tu cintura, revelando tu torso marcado y lleno de cicatrices con las vendas cubriendo tus heridas.
Con una tijera cortó las telas llenas de sangre seca, sacando las nuevas con algodón y alcohol.
—¿En serio debes poner alcohol?— Preguntas al ver como echaba aquel líquido en el algodón.—Si no queremos que se infecten tus heridas, sí. —
—Déjame sentarme en tu regazo.— El rubio se sienta sobre ti, empezó a pasar el algodón por las heridas. Tus manos apretan sus costados ante el picor de tus heridas.
Ya habían pasado 10 minutos, ahora Kyojuro ajustó la última venda.
—Y listo, lo lamento por haberte hecho pasar dolor...—
Se disculpa, aún sentado en tu regazo une sus labios con los tuyos rodeando sus brazos en tu cuello, tu lengua vaga por su boca cuándo abre su boca. Un gemido se ahogó en el beso al sentir una presión en su pecho, tu mano jugando con su pezón a través de la tela de su kimono.
—Au...¿Porqué lo hiciste?— Kyojuro hace presión en una de tus heridas, separándose del beso, te quejas del dolor.
—No podemos cometer esos actos ahora, debes curarte y luego hablaremos sobre eso.—
Te obligó a acostarte en la cama, él a tu lado acaricia tu cabello sintiendo tus brazos rodearlo.
Una sonrisa se forma en sus labios al escuchar "Buenas noches. " de tu parte. Kyojuro cierra sus ojos dejándose llevar por el sueño junto a su esposo hasta que el sol saliera.
Para iniciar un nuevo día...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No era lo que esperaba, pero se disfruta. 🫂 Noches, porque buenas están las esposas de Uzui.
