Capítulo 10
Mortífero no reconoció las montañas que Luna había dibujado, pero sabía quien podría.
-Los Garras de la Paz -dijo. Exhaló otra pequeña llama para estudiar el dibujo. -Encontrarlos - o lo que queda de ellos - y pídele a uno de sus Alas Celestes que os ayude-. Lo habían encontrado de guardia fuera de la casa real donde Gloria dormía. La oscuridad no era tan densa aquí arriba, cerca de las copas de los árboles, donde la luz de la luna podía filtrarse a través de las hojas. Las pequeñas luces brillantes de los insectos fosforescentes se arrastraban por las ramas, e Invierno vio unas cuantas polillas misteriosas que brillaban en la oscuridad, anidadas en las pálidas orquídeas nocturnas.
-Muy bien, entonces -dijo Qibli. -Seguiremos la pista de un oscuro grupo clandestino que se mueve cada pocas semanas y que no fue capturado en toda la guerra. Fácil-.
Mortífero le dio un manotazo y Qibli se apartó de un salto con una sonrisa.
-Ya no son tan tenebrosos -dijo Mortífero.
-Y nadie dijo que ibas a venir-, dijo Invierno a Qibli. -No sé qué es eso de "nosotros"-.
-Ignóralo -dijo Qibli a Mortífero. -Estamos creciendo en él, estoy seguro. ¿Por qué siguen existiendo los Garras de la Paz, ahora que la guerra ha terminado?-
-Muchos de ellos no son bienvenidos en sus tribus, así que no tienen otro sitio al que ir -dijo Mortífero. -Sin embargo, sus objetivos están cambiando. Conozco al dragón que se ha apoderado del grupo. Puedo ayudarte a encontrarlos, si a Gloria no le importa que te vayas-.
-Oh, qué bien que lo compruebes -dijo Gloria, materializándose de repente de la oscuridad. Invierno dio un respingo, preguntándose cuánto tiempo había estado allí la reina Ala Lluviosa. estado allí. Y por qué estaba camuflada - porque lo estaba siguiendo o porque estaba espiando a Mortífero?
-Resulta que -continuó la Reina Gloria, -no me importa lo que Qibli y el Príncipe Invierno decidan hacer - no soy su reina. Pero tengo algunas reservas sobre permitir que dos de mis súbditos favoritos galopen por el continente persiguiendo al dragón más peligroso de Pirria-.
-¿Has oído eso?- dijo Kinkajú, empujando a Luna tan vigorosamente que que casi la hace caer. -Favoritas-.
-La parte que debías escuchar es "peligrosa"-dijo Gloria. -Con Ampolla y Brasas muertas, Escarlata es probablemente la dragona más temible que queda viva, y ciertamente es la que más nos odia. Explícame cómo es una buena idea enviar a un cuarteto de jóvenes dragonets tras ella-.
-No es necesario un cuarteto -dijo Invierno. -Sólo uno. Ese soy yo. Príncipe Ala Helada por aquí. Voy a salvar a mi hermano. Sin el séquito. Por favor, ordene que se queden aquí; haría mi vida mucho más sencilla-.
-No vamos a buscar a Escarlata -dijo Luna a Gloria. -Vamos a encontrar al hermano de Invierno-.
-No VAMOS a hacer tal cosa -dijo Invierno con firmeza. -Voy a encontrarlo. SÓLO YO-.
-Así es -dijo Qibli. -Sólo él y nosotros tres, sus mejores amigos en el mundo-.
-Ni siquiera puedo dignificar eso con un bufido -dijo Invierno, mirando por debajo de su nariz al Ala Arenosa.
-Si podemos averiguar dónde lo tiene encerrado, tal vez podamos liberar a Granizo libre sin que Escarlata nos vea -dijo Luna.
-Además -dijo Kinkajú, -no somos mucho más jóvenes que tú y tus amigos cuando salisteis a salvar a Pirria de todos los dragones malos-.
-Tendremos cuidado -dijo Luna. -Lo prometemos".
-Ew -dijo Kinkajú.
-Sus mejores mejores amigos -dijo Qibli con sinceridad.
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Alas de Fuego #7: El cambio de Invierno
FantasyMisión audaz... o error mortal. Invierno ha sido una decepción para su familia real Ala Helada toda su vida. Cuando su hermana, Carámbana, se escapa de la Academia de la Montaña de Jade, huyendo de terribles crímenes y posiblemente planeando cometer...