Mi Esposa Autista/Jenlisa《G!P》

Puedes besarme en cualquier momento

Pov. Narrador

Para decorar la nueva casa, había demasiadas cosas que debían tener en cuenta, pero la sensación de ir llenando el hogar poco a poco les daba una sensación de felicidad plena.

Ese tipo de felicidad puede diluir todo el cansancio de uno mismo.

Lisa se vio inmersa en la visión de Jennie y por primera vez, deseó desesperadamente vivir en una casa completamente extraña.

Quería el gran sofá que dijo Jennie, el que les permitiría a ambas ver la televisión y dormir sin tener que volver al dormitorio, cuando tuvieran sueño.

Quería una gran televisión en la pared de enfrente y comprar un buen equipo de música que dijo Jennie para experimentar el efecto del cine en casa.

Quería ver a Jennie en la cocina preparándoles la cena en las encimeras de mármol.

En ese momento, quería ayudarla a preparar los platos y comer juntas, y luego lavar todos los platos y guardarlos en la alacena.

Quería leer un libro en el desván con Jennie, dejar que la luz del sol brillara a través de las ventanas de cristal de colores.

Le gusta la casa; ahora serían solamente Jennie y ella.

~Boom...~

Un ruido sordo llegó desde el cielo, lo que alarmó a Jennie, que estaba tumbada en el suelo, dudando sobre qué color de sofá comprar.

–Realmente va a llover–Jennie miró el cielo que poco a poco se cubría de nubes en el exterior.

Por la mañana, el Tío Jung dijo que iba a llover, pero ella no creía que fuera a hacerlo, hasta ahora.

Ya estaba lloviendo y además se escuchaban varios truenos.

Lisa miraba fijamente por la ventana con los ojos brillando sin darse cuenta.

–Lisa, ve a encender la luz del salón–el cielo se cubrió de nubes de tormenta y la habitación se oscureció de inmediato.

Jennie apenas podía ver las palabras de su cuaderno.

–Ha oscurecido muy rápido y lloverá mucho durante un rato. Voy a cerrar las ventanas del dormitorio y del desván.

Jennie tiró al suelo el cuaderno que tenía en la mano y se levantó del suelo.

Cuando estaba a punto de ir al dormitorio para cerrar la ventana, Lisa la cogió del brazo de repente.

–¿Lisa?–Jennie se giró sorprendida, pero en ese momento el cielo estaba ya muy oscuro y la luz del salón no estaba encendida.

No pudo ver la expresión de la cara de Lisa.

–¿Qué pasa?–le preguntó.

–Está lloviendo–la voz de Lisa era un poco apagada.

–Lo sé, aunque el cielo tiene un aspecto aterrador, la lluvia cesará pronto. No tengas miedo–la reconfortó Jennie.

–Está tronando–después de que Lisa dijera eso, se oyó otro sonido aterrador procedente del cielo, como el rugido reprimido de una fiera y su manzana de Adán rodó en su garganta.

–Tú...–Jennie recordó que a Lisa le daban miedo los truenos ¡Cómo pudo olvidarlo!

–No tengas miedo, los truenos no nos harán daño–Jennie no llegó a cerrar la ventana.

Se puso de puntillas y se esforzó por tapar los oídos de Lisa, temiendo que ésta se asustara de nuevo por los truenos.

Mientras le tapaba los oídos, quiso buscar un refugio cercano para que Lisa estuviera más segura.