𝔗𝔥𝔢 𝔏𝔞𝔨𝔢𝔰 [𝐴.𝑊.𝐴.𝐸]

⊰᯽⊱La mañana antes del comienzo⊰᯽⊱

Tres días pasaron, tres días suficientes en los que Cole llegó a casa de los Potter, con grandes noticias de que podía ir a acampar -en parte, era un permiso otorgado porque sólo mencionó a Isak y Jona- así, los chicos quedaron en reunir todo lo necesario para armar sus días fuera de casa.

Rosie convocó una reunión en la casa club de las chicas -adicional Jona e Isak, este último sabiendo por parte de Anne sobre el lugar del bosque- Ruby ni siquiera lo pensó antes de negarse, le asustaba aún hablar siquiera con chicos más de tres frases, por otro lado, Diana tampoco analizó mucho la invitación antes de denegar, sabía que en mil años sus padres la dejarían ir a algo así y por último Anne, quien le pareció una increíble aventura, tan pronto como terminó su reunión fue a pedir permiso a Marilla, quien fue la que cortó toda posibilidad de dormir en la pradera junto a los chicos, lo único bueno fue, que a causa de que el día de campamento llegara hasta Green Gables, Rosie tuvo una gran idea sobre a un posible prospecto.

— ¡Buen día, Mathew! — exclamó, bajando de su caballo, Dakota estaba a su lado, encargándose de que Lusa no se quedara en medio del camino — ¿Sabe dónde está Jerry?

— Oh, está por... — el viejo hombre volteó, como si repasara toda la granja para recordar donde estaba su joven ayudante — por el granero, creo que Anne también subió hace unos momentos allá.

— ¡Muchas gracias, espero que tenga buen día y que su cosecha sea un gran éxito, dice Anne que parece tan exquisitamente perfecta que será una gran temporada verde y vivaz! — veloz, Rosemary corrió hacia el gran granero arriba del establo, dejando apenas procesando todas sus palabras al señor Cuthbert por su rápida ida.

— Locuaz, ¿no lo cree? — Mathew volteó, encontrando a la mayor de las Potter, con los dos caballos detrás suyo.

— Creo que por esa y muchas razones, Anne y Rose son buenas amigas.

— Sí, también lo creo, — aseguró con media sonrisa en sus labios — Anne se come todos los libros de nuestra biblioteca, cuando le preguntas que trae en manos ya te contó todo el libro junto a los agradecimientos de autor.

— Eso se escucha como algo que haría Anne — soltó Mathew, antes de prestar atención en los animales detrás de la rubia — No quieres que tomen un poco de agua, estoy llevando un poco para los caballos ahora.

— Solo si le sobra, les vendría bien antes de volver.

Dakota fue al lado de Mathew hasta el estanque de agua fuera del establo, donde el mayor vació una cubeta entera de agua antes de entrar al establo para repetir su acción.

— Sí, toma agua, pequeño. Realmente estabas sedienta — le murmuraba a su caballo, mientras, acariciando su cuello.

— Es muy lindo — escuchó detrás suyo, ciertamente, no se trataba del señor Cuthbert, ya venía conociendo esa voz y no le agradaba nada — casi tanto como su dueña.