⊰᯽⊱Cartas de corazón y mente⊰᯽⊱

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—Debes de decirle a Gilbert

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—Debes de decirle a Gilbert.

— No

— Pero sería una gran oportunidad.

— Lo dudo.

—¡Rosie! — exclamaron las niñas, dejando a Rosie encogida en su lugar.

Después de las suaves perspectivas de un fin de semana de campamento, Rosie se había enterado sobre lo afortunado que se volvió el pueblo tras el descubrimiento del oro por parte de Nate, algo que sin duda a nadie en la casa Potter le convencía y estaban por completo decididos en no invertir en tales excavaciones, al contrario del resto del pueblo y sus amigas, quienes insistían en que le escribiera al chico Blythe para así darle una oportunidad (aparte de una excusa para volver a Avonlea).

— No creo que sea buena idea, en sí, puede que el oro esté en solo una hectárea, si es que hay, y no quiero interrumpir ninguna gran aventura que Gilbert haya decidido tomar.

— Pero puede ser otra gran oportunidad y aventura para el ¡Aquí! — dijo Ruby, abrazando por detrás a Rosie, le era claro que la rubia menor no solo quería que volviera por el oro.

— Te hace caso a ti, Rose — dijo Diana — si se lo escribes seguro lo consideraría.

— Yo intente armar una carta — agregó Anne — pero no sabría que más poner para convencerlo, además que Diana tiene un buen punto, te hace caso a ti más que a nadie.

Rosie no lo consideraba tal cual las palabras de Diana. ¿hacerle caso a ella? Gilbert podía ser tan testarudo que incluso apenas se hacia caso a si mismo, por algo tomó ese barco en Charlottetown, pero podía tener tanto corazón como cerebro para entender cuales eran sus prioridades, esperaba que se le diera tan bien leer como escuchar.

—¿Qué quieren que le escriba?

Ruby chilló, feliz. Apretando tan fuerte a Rosie que mostró su real fuerza física al dejarla sin respirar unos momentos.

— Antes que nada, — dijo Anne — se me ocurrió que la tía Jo nos puede ayudar a encontrarlo.

— Sí, mi mamá dice que iremos a Charlottetown — siguió Diana — podemos tener la oportunidad para mandar la carta a Gilbert — vio de reojo a Rosie de pies a cabeza, contenía una picará sonrisa — estoy segura que se alegrará de saber de ti.

—¡Claro! — exclamó Ruby — ¡porque es como tu hermano!

— Ruby, él no es como mi hermano.

— Pero si dices que no te gusta, es porque lo ves como un hermano, ¿no?

Si bien la extrema inocencia que rallaba en la ignorancia de Ruby le hacia querer frotar sus mejillas en sus palmas, Rosie solo tomó el camino de darle la razón.

De pronto la campana de la escuela sonó y los pocos niños que seguían fuera pasaron a sus asientos casi en estampida, haciendo agradecer al grupo de niñas que ya estaban en sus pupitres.

𝔗𝔥𝔢 𝔏𝔞𝔨𝔢𝔰 [𝐴.𝑊.𝐴.𝐸]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora