𝔗𝔥𝔢 𝔏𝔞𝔨𝔢𝔰 [𝐴.𝑊.𝐴.𝐸]

━❰La oscuridad es el lugar de los más sabios❱━

Después de la cena, los Potter visitaban de vez en cuando a los Blythe y viceversa, la estación estaba a poco de cambiar, por lo que para la afamada caperucita de Avonlea, le quedaba poco tiempo para su ida especial.

Había hablado mucho con Cole, algunas veces solo se disponían a hablar de cosas que venían a su cabeza repentinamente y otras ambos hablan de ellos mismos, de lo que mas divagaba entre sus pensamientos e inquietudes, incluso ella le llegó a mencionar respecto a su ida, pero el chico dijo que era casi imposible que saliera sin despertar siquiera a una sola persona.

Con las chicas, para Rosemary era otro tema, confirmó para otra tarde de té con Diana, a la cual las demas niñas se juntaron para volver a socializar con la rubia de la casa Adams, sin embargo, esta vez al menos pudo conocer un mínimo más de las niñas.

Exceptuando por Diana, aun no las conocía del todo, auqnue podía agregar pequeños detalles de cada una que tal vez ni ellas se percataban que hacían inconscientemente.

Diana tenía aprobado tener una amistad con Rosemary, ambas cuando estaban solas se la pasaban mejor que en grupo, corriendo por el prado o relatando historias que mayormente salían de la boca de Rose, dominando al género de terror, por lo cual a veces Diana regresaba asutada a su casa.

Una noche fría, donde parecía que la nieve aumentó, Rosemary se dispuso a salir a cuclillas de su casa, revisó como primero el cuarto de su padre y después de sersiorarse que se encontraba babeando, fue a la planta baja a ponerse su gran caperuza color rojo.

No tardó en llegar al establo y le puso la silla a su yegua, Lysa; sacándola silenciosamente del establo y ya estando a la entrada del bloque subió rápido a esta para cabalgar a casa de su amigo Blythe.

Ella no llevaba linterna, se guiaba por su conocimiento y memoria para ir a la casa, aprendió con ingenio a guiarse si se perdia y además, que con o sin brújula, sabía bien los puntos cardinales, no tenia gran chiste, solo veía el cielo.

- oh, bonita- le dijo a la yegua cuando estubieron casi frente a la casa Blythe.

Bajó de Lysa y la dejó a un lado de la casa para acercarse, en el pórtico divisó unas cuantas pequeñas piedras, las tomó y empezó a arrojarla a la ventana.

Gilbert tenía un pie colgado de su cama y abrazaba a su almohada, su sueño se hizo más y mas ligero, pues sus sentidos alertaron de un golpeteo en un vidrio a lo que cuando despertó, algo adormilado, fue a la ventana.

Una piedra estaba dando a la otra ventana y justo fuera de su casa estaba Rosemary, el chico furnció el ceño y vio como ella dejaba de arrojar piedras para tapar su boca evitando soltar una carcajada.

- en mi defensa- dijo rápidamente descubriendo su boca por unos momentos- no sé en que alcoba duermes.

- por suerte que no tocaste la puerta- sonrió el de cabello azabache- ¿qué haces aquí en medio de la noche?.