Cólicos

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Narcissa amaba ser abuela. Scorpius y Vela siempre habían sido su debilidad, y nunca se esperó tener otro más luego de la muerte de Astoria... hasta que Draco se enamoró de Harry.

Con la noticia, se prometió que a aquella niña no le haría falta nada, sobre todo amor, dado que por parte de la familia del chico, no había mucho.

Es por eso que nunca tenía problemas en acudir al llamado de desesperación de su hijo y yerno al no saber qué hacer para calmar los dolores de su niña.

—¿Qué pasa, mi bebé? —preguntó con voz suave cuando salió de la chimenea y se acercó a Anya que lloraba con un puchero en los labios.

Draco, quien la tenía en brazos, se la entregó y dejó que hiciera su magia.

Ella la llevó a su cuarto, dejando a los padres solos para descansar. La colocó en la cuna y masajeó su pancita para luego tomar sus piernas y flexionarlas sobre la misma, una y otra vez, tatareando una canción, que si Draco la escuchara, la reconocería como una nana que solía cantarle cuando era chico.

Al escuchar el silencio, Harry y Draco se miraron aliviados. El rubio esperaba en su interior que cuadno fuera abuelo, su poder de curación apareciera de la misma manera que apareció con su madre, en cambio el pelinegro se tomó el pecho al sentir una punsión en él.

—¿Qué ocurre, amor?

—Nada, solo- cosas que pienso...

—¿Como qué?

Harry pasó saliva y pesañeó rápidamente para alejar las lágrimas que amenazaban en aprecer.

—A veces pienso... —respiró hondo— que quizás mamá también la habría podido calmarla —negó con la cabeza y se secó una lágrima con en índice—. Es estúpido, lo siento.

—No es estúpido, amor —dijo Draco abrazándolo—. Estoy seguro que lo habría hecho. Tienes su fuerza y amor —besó su sien.

Harry lloró un poco en sus brazos a medida que el rubio pasaba la mano por su espalda hasta que se hubo calmado.

—Lo siento —repitió, limpiandose la nariz—. Siento que estoy siendo malagradecido con Cissy.

—Para nada, cielo. Yo sé que no es así-

Narcissa apareció interrumpiéndolos, llevando a una sonriente Anya en sus brazos.

—Hola, papis —dijo la mujer agudizando su voz—, ya me siento mejor.

Draco se acercó a tomarla y Harry miró a su suegra sonriendo.

—Gracias.


No fue un error | Mpreg DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora