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4 semanas después

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— oye ayúdame a cerrar, necesito que ordenes esto por mi

— Voy papi

El Omega entusiasmado corrió en su dirección para hacer lo indicado por el pelinegro.

Faltaba poco para que se fueran a sus casas, y Mínho siempre le decía a su madre que estaba en club de su escuela, cuando en realidad, estaba al lado de Hyunjin con la excusa que quería trabajar. Sin embargo al alfa le parecía buena idea tener un poco de ayuda. O algo así. Bueno, ni el sabe si realmente la necesita.

El pelinegro tomó un pan a escondidas y lo mordió.

— ¡AJAAA!, ¡te atrapé puerco!

— Hey, ¿Tu hiciste la masa? — señaló el pan recién horneado.

— Ah, estaba intentando hacerlo como pasatiempo, ya seee que solo debo atender en la tienda, pero me dió curiosidad hacer uno ... ¿Porqué? ¿te gustó?

— Te faltan algunos toques, no digo que este mal, pero puedes mejorar

— Termina de comer y luego hablas sayayin

Hyunjin siguió saboreando lo que tenía en la boca hasta que se percató de el estado en el que se encontraban los dedos de Mínho, sus cejas se juntaron, su expresión de paz y tranquilidad pasó a una de rareza.

— Dame tus manos Mínho

— ¿qué? —se las dió igualmente para entender lo que estaba sucediendo, porque ni el sabía.

Hyunjin miró bien sus manos, separó un poco la manga de la chaqueta del brazo del Omega para ver la piel en esa zona, específicamente ahí, por las muñecas.

— Tienes muchas quemaduras

— Esa me la hice en mi casa, por cierto — señaló la marca más grande en su brazo — en realidad soy muy torpe, pero ya me están saliendo ricos — rió

— Será mejor, que no vengas más a trabajar

— ¿Ahora que hice?, Solo quería ayudar ...

— Y ya lo hicistes, pero no me gusta que te lastimes por ayudarme a mí

— ¡Ya vino el jefe!, corre a tu lugar — miró através de la ventana de lejos.

Corrieron a sus puestos y velozmente fingieron tener todo en orden y perfectamente calculado, sin ningún error.

—  Buenas noches Mínho y Hyunjin, les traigo una buena noticia — fué hasta la caja — ¡hoy es día de pago!

— No se preocup-

— ¡Dinerooo! — exclamó — ay no finjas wey, todos sabemos que mueres porque te paguen

— Y no es para menos, me agrada que se lleven bien, mis clientes los ven como raritos, pero se ve que se esforzaron mucho — habló mientras se dirigía a la caja para sacar el efectivo.

— Usted es el mejor jefe que he tenido nunca

— Y el más sensual también

— ¿Minho no te has comido un loro por si acaso?

— No que yo sepa — sonrió inocente.

Antes de salir del local, cada uno recibió muy contento su sobre diciendo un amable, "gracias", Crhis los felicitó conmovido, un conejo estaba muy emocionado y saltando por detrás, siguiéndole contento, y aunque no lo demostrará el alfa, parecía estar cuidando de él.

"CORTEJANDO A UN ALFA" → Hyunho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora