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- ¿Es su esposo?- el empleado con uniforme de mesero señaló a Mínho y su voz captó la atención del alfa - por favor debe llevárselo antes de que llame a seguridad, está provocando un desorden.

Hyunjin asintió con desgano haciendo una mueca de aburrimiento, al escuchar las quejas y gritos de ese omega totalmente ebrio, que se creía cantante, se había parado encima de la mesa tomando el cucharón de la sopa y otros cubiertos, mientras cantaba a todo pulmón una canción en otro idioma, que el calificó cómo el idioma del diablo, porque creyó posible que esas palabras podrían invocar a un demonio.

- ¡Hey Mínho!, ya vámonos, o nos sacarán a patadas de este lugar - le tocó el hombro.

- Sayayin ... Hmph, te imaginas una a una sandía cayendo de un árbol, y morir de un sandillazo - el Omega se tiró al suelo a partirse de la risa por su propio chiste.

- Minho las sandías crecen en el piso - arruinó el momento.

- La cagas toda - se tambaleó un poco antes de chocar con el piso, pero milagrosamente el más alto le extendió su brazo para evitar una caída segura.

- Según tú, yo iba a venir a emborracharme, pero mira, me llevo una sorpresa y una amenaza, estar contigo es tan caótico - afirmó cargando al omega en su espalda, para retirarse del sitio pidiendo disculpas, bajando la cabeza a las personas a su alrededor - Solo no me vomites, no tengo mucha ropa para cambiarme.

- ¿Soy insoportable? ¡Hmph! - reposó su cabecita en el hombro de Hyunjin, disfrutando el contacto, con una sonrisa somnolienta en su rostro, percibiendo la canela.

Por lo que, el pelinegro infirió que el pelirubio ya estaba soñando.

Y quizás, era posible que ya no era paciencia lo que tenía el alfa, sino que la cercanía de ese omega dejo ser pesada y espesa de un momento a otro, y pasó a ser agradable, incluso su tigre se sentía tranquilo con eso, porque han estado conviviendo, y ambos no pueden simplemente seguir omitiendo pequeños detalles que han ido apareciendo en todo este tiempo.

- Te haces de querer omega - Hyunjin dirigió su mirada para poder apreciar la carita de ese conejo.

Y se avergonzó por completo al darse cuenta de que efectivamente este tenía un ojo abierto observándolo juguetón.

- te oí sayayin - soltó una risita enternecida sin apartar sus ojos de su objetivo.

- ¡Eres un tonto! - exclamó algo enojado, sentía que no podía ver a ese omega a la cara nunca más.

- Bueno, de todos modos lo olvidaré porque estoy borracho - culminó, durmiendo de nuevo

Hyunjin se detuvo un momento para llamar por teléfono al chófer del Omega, avisando que lo tenía a salvo y que podían llevarlo casa.

Esperó el tiempo suficiente hasta divisar el auto por la pista y se despidió de ambos, aunque uno no podía escucharlo por el sueño. Para retornar a su hogar y volver a la misma rutina de siempre.

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- Tenemos la información que usted solicito señor - aseguró un agente de seguridad

- Gracias

El señor Lee y el señor Han, dejaron por un momento el silencioso ambiente en la oficina para revisar el expediente del supuesto alfa, el cual Mínho había estado visitando últimamente y que para la mala suerte de los Lee, interfería con seriedad en sus planes futuros.

A diferencia de la sonrisa del señor Han, su buen socio, tenía una vena notándose en su frente, conocía bien la rebeldía de su hijo, pero está vez había llegado demasiado lejos.

"CORTEJANDO A UN ALFA" → Hyunho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora