.
.
.
Una silueta algo extraña, entre sombras y rodeada de personas que estaban incluidas en una conversación que, la verdad, no le importaba en lo más mínimo, murmuraban cosas que de alguna forma, tenían que ver con su persona. Esa silueta solo daba señales que pertenecían a un sujeto de buen porte y complextura muy atractiva a la vista, pero no podía verle más allá de la espalda.
Seguramente era el dueño y causante de que su animal interno se pusiera como loco con su aroma, no iba mentir, sentía curiosidad, desesperación, unas ganas increíbles de lanzarse a sus brazos y darle mimos por qué así resultan ser de melosos los conejos, sin embargo, el simple hecho de que la familia Han se vea involucrada hace todo más incómodo.
Una mueca algo desagradable aparece, el costado de la comisura de sus labios es elevada en forma de disgusto, chasqueó su lengua e ignoró los chillidos de su conejo para subir a su alcoba sin saludar a sus padres. Girando su cuerpo en su mismo lugar, después de todo, solo el volvió a sentir esas mariposas, cree que el otro no le da la misma importancia, cree.
- ¿Eres Lee, el Omega?
No poder elegir las palabras adecuadas para evadir estos segundos de nerviosismo, lo pusieron vulnerable ante los pasos que se acercaban a invadir su espacio personal, simplemente volteó a mirarlo con una sonrisa tan falsa y exagerada que por poco ofende a los Han.
— ¡Ese soy yo! ... ¿tú quien diablos eres?
Su madre aseguraba que le daría un desmayo por volver a tratar sin el debido respeto a su futuro alfa, mientras que su padre se golpeaba la sien preguntando que fue lo que hizo mal para criar un omega malcriado, y los padres de Jisung contenían los sermones que pensaban darle más tarde, dudando en su era una buena opción.
— Jisung, Han Jisung - quería verlo detenidamente, revisar sus rasgos, unos cachetitos perfectos, unos ojos color castaña miel, unos grandes por cierto, un olor que desprendía claramente avellanas y bosque, nada mal, está satisfecho.
Reaccionó cuando el alfa tomó su mano para brindarle un corto y casto beso en ella que lo paralizó de inmediato, obviamente vió a su madre suspirar con ternura.
— Me llamo Mínho, tu eres mi alfa, yo soy tu omega, creo que te sabes todo ese rollo - se hizo a un lado y le hizo una mueca a su madre para indicarle que subiría a su habitación.
— ¿Te gustarí-
— No, en fin, buenas noches señor y señora Han~, que tengan una buena estadía en nuestra casa, bendiciones, nos vemos en la boda Jisung, adiós.
Casi saltando y corriendo a encerrarse en las cuatro paredes, era una forma de escapar de quién sabe, quizás un hormonal.
Pensar en que tendrá que dejarse marcar el día de bodas, lo pone tenso de pies a cabeza, sus manos tiemblan y gritar no es sensato en presencia de un alfa con oídos súper poderosos.
"Toc toc"
— Oye lindo, ¿me dejas entrar? - admite con franqueza que su voz es sensual, podría escucharla en cualquier momento y se sentiría muy bien, la calentura y el sonido ronco a lo mejor, podría volver a su conejo un loco desquiciado sexual ante su voz.
— En mis piernas ... digo, ¡No!
— ¿No me quieres dar la oportunidad de cortejarte?
Oh oh ...
No es justo, en estos días está tratando con la poca valentía en sus bolsillos de, poder sobrellevar todo ese lío en sus sentimientos, el dolor en su vientre y el bloqueo al hablar todavía no desaparecen, la palabra cortejo de por si, claro, en su caso en particular, ya le trae malos recuerdos que aprietan el botón de lágrimas en sus ojos.
ESTÁS LEYENDO
"CORTEJANDO A UN ALFA" → Hyunho
Fanfiction- Alfa, voy a cortejarte - Dijo el Omega a ese alfa con mal carácter. Es común que sean los alfas los del cortejo, pero él es un Omega que le gusta correr riesgos y va a acechar a ese tigre sexy.