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¿Cómo decirlo?, habían muchas cosas que comenzaron a desagradar al omega desde que, cierta chica se unió a la preparatoria en la que estudia tanto él como el pelinegro.

Es válido que Hyunjin sea muy amable, cortés, en cambio otros alfas como Lucas son muy intimidantes con el resto, lo único que quiere recalcar en la cara de los demás es que, él lo vio primero.

Nadie tenía el derecho de quitárselo o por un lado, alejarlo, pues todo el tiempo pasó desapercibido para las omegas, Hyunjin no tenía pretendientes en su lista, porqué las omegas buscaban a alguien proveedor o cuidador de su futura familia, la mayoría si lo hacía, bueno él no quería seguir los pasos de su madre y cruzarse con alguien como su padre, que horror sería eso.

Solo quedaba aceptar lo ocurrido, dijo que no se iba a rendir, pero en estos es momentos solo desea platicar pasivamente sobre sus sentimientos con Hyunjin para dejar todo claro, y quizás suene estúpido la verdad, pero no tiene la culpa, no hay remordimiento o rencor por qué siempre lo tuve en cuenta.

Mínho adquirió unos bonitos anillos con la ilusión de ser una pareja, pero si son de amistad tampoco había nada de malo, creía ciegamente que aunque no pudiera llegar más, Hyunjin y él podrían estar juntos aunque fuera como compañeros, no tenía la intención de que su corazón se acelere con su compañía, simplemente pasaba, sinceramente, los días se hacian aburridos y largos para él, miraba e incluso contaba los cuadritos del techo de su habitación antes de dormir, 200 en total.

- Almenos lo intenté - jugó con sus dedos para luego, disponerse a llevar cabo lo planeado, que le tomó unos minutos en dónde agarraba valentía.

Dárselos, en sus manos llevaba dos cajitas con anillos de oro legítimo, Jeongin se quedó esperándolo a tan solo una cuadra de distancia de la prepa, para recogerlo porsupuesto. No pasa mucho tiempo con Hyunjin tanto como antes, por lo que platicar, se hace un poco más difícil de lo acostumbrado, seguramente por las nuevas sensaciones que están apareciendo en sí.

Agradece que el alfa, normalmente, suela devolverle algo de dinero como pago de un préstamo al no querer estar en deuda con nadie, recientemente lo ve ocupado trabajando en ello, pero también se dió cuenta de que, él prefiere pasar su tiempo libre con Doyeon, la chica nueva y desorientada.

Lo ve muy cortés y amable con ella, y si, está celoso, no puede mentirse así mismo con sus emociones y decir lo contrario.

Últimamente puede verlos juntos y solo se digna a quedarse callado, como cuando lo invito a salir y tenía tareas pendientes, en el almuerzo le ofreció un postre y se fue al baño, desapareciendo, confundiendo su perspectiva.

Le preocupa más de lo que debería, es posible que la ansiedad pueda atacarlo, y sin embargo, le gustaría primero, llegar a un acuerdo entre ellos.

Precisamente por eso vino a buscarlo, lleva haciéndolo más de 20 minutos, sus pasos no tienen un rumbo concreto, las clases habían acabado, y como si se hubiera esfumado, revisando en casa aula, baños, las otras oficinas, etc.

- ¿Dónde estás? - hizo una mueca de desesperación, apretando su dedos en puños.

Se preguntó eso estando solo, nadie respondió y el silencio intenso sucumbió en sus oídos, para luego escuchar algunos sonidos extraños que, delataban que no era el único en la preparatoria en ese momento, excluyendo la lejanía de la dirección y su personal administrativo.

Usó sus buenos oídos de conejo, liberó sus largas orejas para detectar rápidamente de dónde provenían, aunque le costó un poco llegar a descubrir el paradero, su omega tembló asustado al pararse justo en frente de la enfermería.

Quería creer otra cosa, pero esos sonidos parecían voces de sus acompañantes, y extrañamente una le era demasiado familiar, ¿para qué hacer conclusiones precipitadas?.

"CORTEJANDO A UN ALFA" → Hyunho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora