26

255 24 0
                                    

.

.

.

.

.

— Perdóname — susurró débilmente.

Su mirada fue a parar a sus propios pies, con el silencio más angustiante separándolos en cierta distancia, no mucha, pero pareciese como si la misma conexión del principio se estaba rompiendo, o al menos, desvaneciendo. Finalmente estaba pasando. 

— Lo hago — dijo Hyunjin tajante, sonaba como si no le importase tanto en realidad, queriendo sonar así, cuando no en absoluto — solo no vuelvas a buscarme, tengo que superar todo esto solo, tengo que lidiar con muchas cosas y un problema más no vale pena.

Un problema más” había dicho él. Minho ahora solo aportaba problemas o eso intuyó con lo dicho.

— No me odies Hyun — masculló suavemente, medio temeroso de la respuesta.

— No lo haré — negó con la cabeza, eso no era algo definitivo — tengo que devolver toda tu caridad hacia a mí, dejaré esta casa que no es mía … ah, con respecto al dinero, tú no te preocupes, yo conseguiré trabajo en otros lugares, voy darte la mitad de todo lo que gane hasta que pueda pagar por completo la deuda.

— No es necesario — se apresuró a decir — no te canses, va por mi cuen-

— No lo aceptaré.

Se mantuvo un momento en silencio el omega, una mueca de labios se formó como si no quisiera aceptarlo, en realidad desearía poder contradecirlo aunque sea para calmar un poco ese dolor, o el suyo, el de ambos, como sea. 

-Preguntarse, ¿Qué les pasó?-

Se veían tan enamorados, de repente esa marca en su cuello los está matando a los dos, como si Hyunjin hubiera echado todo al tacho rindiendose y el rubio no puede hacer mucho porque le entiende perfectamente. Debió haber visto aquella boda, si la madre de Han se encargó de difundirla por Malasia y Corea pagando medios difusivos, su poder ha ocasionado todo esto y a veces lo que uno quiere simplemente no acontece en el tiempo indicado, aún así el Omega quiere rogar, Minho no dese irse por nada del mundo, no quiere dejarlo porque sabe que no podría amar a Han de la misma manera como lo hizo con él, ese sonidito del latir de su corazón y el calor en sus mejillas cuando lo llama por su nombre, suena indispensable.

— ¿Eso es todo? — el rubio enmudeció.

Hyunjin hizo un movimiento con la planta de su pie, aludiendo a lo desesperado que estaba por entrar adentro y cortarlo.

En su mente solo tenía aquella idea de largarse de una vez por todas de la ciudad, desaparecer y olvidarlo, al ser alfa lo sabía mejor que nadie, esa marca no se borraría si era de su destinado, entonces ese llanto proviene de su tigre, que al ser terco y finalmente entender que realmente quería a ese conejito como compañero de vida, vió la muerte de este si se lo llevaba consigo, no podía apartar a un omega de su alfa, no amenos que quisiese ver a Minho enfermar y debilitarse por la distancia entre ellos, pero no tenía la culpa, ni el omega tampoco, la decisión que tomara le perseguiría toda la vida.

Cuanto odiaba a esa familia, y a Jisung.

— Siempre serás tú, incluso con la marca, entiendo si deseas irte y estás en todo tu derecho, pero siempre serás tú, aunque envejezca y ya no sea tan jóven, o tenga otra familia, aunque esté amarrado por este vinculo, siempre serás tú, aunque ya no sea tan divertido o infantil, o tan feliz como antes, sabes que serás tú, no habrá otro alfa solo tú, espero eso te sirva de algo.

"CORTEJANDO A UN ALFA" → Hyunho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora