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Hyunjin no recuerda exactamente cuando fue la última vez que se sintió tan ansioso, y no por ver a la mamá protectora de Mínho, sino porque estaba pensando seriamente en la opción B.

Si, esa misma opción que le indicaba abrir la puerta del auto en movimiento y saltar en el asfalto, de tal manera que pudiera huir de un Omega loco con orejas de conejo y mirada de depredador.

Pero olvidó que el guardaespaldas estaba vigilando cada uno de sus movimientos sospechando de sus intenciones, mientras el pelirubio, sin atención a lo que estaba ocurriendo, sintonizaba en la radio cualquier emisora que pusiera canciones chidas para cantar. No puedo atención al destino de parada el cual ya estaba muy cerca.

— ¿Es-esta es tu casa? — el pelinegro dejó de sentirse en paz al presenciar un momento espectacular, la primera vez que entra a un casi "castillo".

— Prácticamente no, yo no lo compré sayayin

Salió del coche sin más

— Señor Minho, ¿qué desea que le diga a sus padres?

— ¿Eh? — lo pensó — ellos no tienen que enterarse de nada, gracias.

Extendió su mano para tomar la muñeca del más alto y bajarlo de ahí con apuro, para lograr pasar desapercibidos por los empleados, las personas que trabajaban ahí no les daban mucha relevancia, y talvez eran los nervios de el alfa los que complicaban la operación alejándolos de su objetivo principal.

— ¿Porqué mejor no me cuentas el plan?, por si no lo sabes, no puedo leer la mente — soltó con obviedad

— Entiendo, pero cierra el hocico por un momento gallina.

Alzó su pequeña mano a la altura de la boca contraria, para acallar las protestas del alfa y para planearlo todo, porque tampoco tenía idea.

Fue entonces que un foquito hizo acto de presencia en su malévola cabecilla, imaginando el rostro de la señora Han con una expresión de vergüenza, decepción y rechazo. No pensaba dañarla, pero menos quería complacerla,  Hyunjin sería el ayudante perfecto para su farsa, o venganza.

— Escucha bien, pase lo pase, haré que no salgas perjudicado por está mentira ¿bien?

Recibió un asentamiento con inseguridad del otro, pero lo tomó como un, "hagámoslo". El alto fue llevado hasta la habitación de su compañero, una recámara muy agradable y espaciosa.

— Lo único que haré es mostrarte ante la mamá de mi prometido, el cual no he visto nunca, y cuando se vaya no habrá boda, mi padre se las vera solo conmigo.

— ¿No querrán asesinarme luego?, no eres muy inteligente

— Lo único que deseo es no casarme, soy muy joven y tengo otras metas, como ir a la luna, fundar marte, crear una ciudad para mininos, y ser veterinario.

— Oh y yo quiero ser presidente

— Bien por tí — felicitó con un golpe en brazo — ordenaré en secreto a una de mis mucamas que te vista y arregle como  alguien de primera categoría — abrió la puerta y se retiró con una mirada complice — poniendo dos de sus dedos delante de sus ojos y regresando el gesto en dirección del pelinegro.

— ¿Arreglar?

Lo siguiente que Hyunjin vió entrar através de la puerta que había sido cerrada, fue a dos sirvientas muy respetuosas y bellas que lo llevaron hasta el vestidor para cambiarse, o más bien cambiarlo.

"CORTEJANDO A UN ALFA" → Hyunho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora