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Tenía una cara de pocos amigos, con su cuerpo cansado, y agotado por el día, se dirigió junto con el más bajo hasta donde estaban los platos en montón, hasta las ollas, no había una idea de por dónde empezar, pero Hyunjin posó su vista en el otro que estaba más animado, optó por poner en orden todo para comenzar con tranquilidad.

— ¡Ayyy! — un estruendoso sonido se escuchó por todo el lugar, Hyunjin comenzó a rezar porque no vinieran a chequear lo ocurrido, se lo imaginaba.

— No puede ser, ¡Minho por todos los cielos!, ¡ya rompiste tres platos!— Exclamó preocupado por lo irían a decir, tanto el dueño como el mesero.

— Me resbalé, no fue mi intención, chale ya la cagué —  habló apenado por la actitud del alfa.

— Yo lavarè, tu solo enjuaga lo que te voy a pasar, ¿ok? — se calmó un poco, no era bueno hacer sentir mal a un omega como Mínho.

— Si Sayayin

Minho fue directamente a abrir el caño de la regadera para ayudar, sin darse cuenta de que en realidad era una manguera, hasta que el agua salió disparada por doquier, mojando la cara del Omega.

— ¡APÁGALO!, pgfflafgla, ¡Ayu-ud-da!, !Hyunjin! —  el pelinegro se apartó rápidamente del otro, y en un instante cerró la llave de la manguera para que él otro no se ahogue.

— Todavía no has muerto

—No puedo ser, realmente soy un inútil, no sirvo para lavar platos, tampoco se cocinar, ni siquiera se si soy un omega,  te prometí una cita, y por mi culpa no podremos dormir, tú debes estar muy molesto conmigo, ¿verdad?

— Me parece satisfactorio verte fallar muchas veces.

— Asi nunca seré digno de ti, eres prácticamente perfecto.

—Creeme, no sabes cómo soy, solo estoy siendo tolerante, sino ya te hubiera impuesto una orden de alejamiento Minho, que tengas dinero y muchas conexiones lo hace más difícil — el alto olfateó el aire mejor y el ligero aroma dulce a piña pasó a uno más ácido, de tristeza — ¿Hey, estás bien?

— ¿Porqué tienes que ser tan complicado?, no me das ninguna oportunidad, eres muy difícil de tratar, rompes mi corazoncito — el Omega se puso de pie enseguida sin mirar al otro, se dió cuenta de algo que lo puso en alerta ante su compañía.

Hasta que el pelinegro se dió cuenta de lo que estaba pasando.

— Ah joder, no me digas Minho, ¿llegó tu celo?, solo espero que tengas en mente algo, no estoy dispuesto a satisfacer tu-

— Ya está — el rubio se había tragado con velocidad tres supresores de golpe, que había sacado de su bolsillo — siempre llevo unas por si acaso, ¿Qué me ibas a decir?, oh eso, sayayin, jamás me atrevería a usar mi celo para cortejarte bonito, conozco mis límites tortolito.

— De todas manera no iba a pasar nada entre nosotros dos

— ¡Oh por todos los puercos!, ¡ES FELIX! — señaló a un rubio igual de pequeño que él — mi primo solía venir conmigo a este lugar, el pagará por nosotros, no tenemos que quedarnos como esclavos y no pediré perdón por nada.

Dejando los trastes de lado, ambos chicos esquivaron a algunos chismosos y caminaron hasta toparse con el rubio, justo cuando iban a abrir la boca para hablar, el mesero los miró con desprecio por "escaparse".

— Felix paga— le dió un golpecito en el brazo

— ¡Oh My God! — el mencionado volteó y se lanzó a abrazar al rubio —¿Minho porque estás todo mojado y hueles a comida?, ¿que dirá mi tía?, ¿y ese quién es? — miró a Hyunjin con sorpresa y sospechas de un amorío.

"CORTEJANDO A UN ALFA" → Hyunho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora