Concierto benéfico II

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- Joe -

Los días transcurrieron tranquilos, me pasé los días encerraos en mi cuarto con guitarra en mano componiendo, a penas salía para comer algo y volver a encerrarme.

La navidad estuvo bien, como cada año mi abuela hizo comida para un regimiento y me obligó a comer de cada plato. Los regalos se amontonaron debajo del gran árbol que vestía el enorme salón. Mi padre volvió a cantar cada canción navideña junto al fuego de la chimenea y mi madre tejió nuevos jerséis para todos.

En definitiva, estuvo bien.

- Danielle -

Los días pasaron en un abrir y cerrar de ojos, visité cada rincón, comí todos los platos típicos y fotografié cada momento allí. Extrañaría esos días de por vida.

Las navidades fueron mágicas, Paul encendió la chimenea, Sydney preparó chocolate caliente y Álvaro y yo alquilamos todas las películas navideñas en un videoclub del pueblo. Para cuando quisimos darnos cuenta estábamos preparando la maleta de vuelta a casa.

- ¿Lista para el concierto de tu vida? - me preguntó Sydney mientras terminaba de organizar mi maleta

- Supongo que sí - le sonreí con mi mejor sonrisa falsa

- ¿Qué vas a ponerte? - dijo sentándose en la cama

- Había pensado en un simple vaquero con jersey y el abrigo - confesé

- ¿Vaqueros? Ni hablar - dijo ahogando un grito, justo al instante se acercó hasta el montón de ropa que me quedaba por guardar y observó prenda por prenda - Ya está, te pondrás esto - Sydney estiro sus brazos con un corto vestido negro, medias y unos botines altísimos

- No crees, ¿qué esto es demasiado para un concierto benéfico? - dije sujetando la ropa

- Para nada, estarás preciosa - le sonreí en modo de gracias, aunque por dentro quisiera matarla

Me preparé con el look que Sydney había elegido específicamente para mí, me parecía demasiado para un simple concierto de un mal grupo, pero no quería defraudarla. Así que me vestí con mi mejor ropa y mi mejor sonrisa, agarre a Sydney del brazo y fingí diversión de la mejor manera que sabía.

Llegamos al salón de actos del pueblo, parecía un pequeño teatro con asientos de terciopelo rojos a los lados y varios pisos con palcos, una enorme bóveda decoraba el techo, era un lugar mágico. El teatro estaba prácticamente a reventar, por lo que tuvimos que sentarnos en varias filas. A mi lado Sydney cogió asiento y a su lado Vega, perfecto con dos enamoradas, pensé para mí, en verdad me producía felicidad ver a dos enamoradas como ellas, pero, por otro lado, envidiaba todo ello.

Poco tiempo después de aquello las luces se apagaron y una guitarra comenzó a sonar, en el escenario aparecieron aquellos chicos raros vestidos con un mono blanco, gafas y pelucas. Varias chicas gritaron como locas cuando el vocalista comenzó a hablar.

- Quiero empezar el concierto con esta canción que acabo de componer, se la quiero dedicar a alguien que aún no pertenece a mi vida, es alguien que vi una noche en Nueva York y desde entonces no he podido olvidar. Se ha asentado en mi mente y no tengo manera de echarla, tampoco quiero - confesó - Creo que hubiera dado todo por conocerla, pero tuve miedo y salí huyendo, solo espero que un día esta canción llegue hasta ella. Espero que la disfrutéis, gracias por venir.

Sydney soltó un tremendo y asombroso "oooh" lleno de emoción, yo me emocioné por varios segundos, pensando en que ojalá esa chica tuviera la suerte de escucharla.

El concierto pasó más rápido de lo previsto, incluso aprecié varias de las canciones. He de admitir que sonaban mejor de lo que recordaba.

Estábamos a punto de irnos cuando un chico moreno y muy guapo por cierto grito a Charles, todos nos sorprendimos mientras que ellos se fundían en un gran y largo abrazo.

- Chicos, este es Ben, es uno de mis mayores clientes y el mejor productor - alardeo Charles

- Bueno, no es para tanto, ¿Qué haces aquí? - preguntó sorprendido el chico moreno

- Hemos venido al concierto

- No me digas, algún fan de Djo por aquí - el chico nos miró de uno en uno hasta dar con Sydney que sonreía de oreja a oreja - Oye, pues te voy a dar la dirección donde se va a celebrar una pequeña fiesta, ¿sí?, así podéis pasaros y bueno os presentaré a los chicos - dijo devolviéndole la sonrisa a Sydney

Pocas horas después de aquel encuentro llegamos a la dirección, se trataba de un local bastante grande, casi a las afueras del pueblo. Una enorme barra llena de comida y bebida se situaba en la esquina, el enorme escenario se encontraba en el fondo de la sala, un chico alto y moreno comenzaba a cantar Yellow para los presentes, sonaba realmente bien.

Me quedé sola en una esquina a disfrutar de la canción, era una de mis favoritas. Entonces lo vi claro, conocía a ese chico. Lo había visto antes, pero donde.

- ¡Ey! ¿Qué haces aquí tan sola? - pregunto Sydney haciéndome rebotar del susto

- Solo escuchaba - confesé

- Suena bien eh - dijo ella ladeando su sonrisa

- Sí, oye, ¿tú sabes quien es? - pregunte inocentemente

- Claro, como no lo voy a saber, es el chico de Djo - me quedé perpleja por varios minutos, no sabía siquiera como reaccionar

- Oh - fue lo único qué salió de mi boca

- Es guapo, ¿verdad? Pero es obvio que tú también lo conoces o deberías, sale en

- ¡Ey chicas! - mierda, Ben nos había interrumpido justo en el momento en que Sydney estaba a punto de decirme de que lo conocía, genial - Oye, Sydney necesito que vengas conmigo - y así en un solo segundo me quedé ahí sin saber nada de aquel chico

Aquel chico, ¿dónde se había escondido? Ya no se encontraba sobre el escenario, tampoco en la barra, di varias vueltas a la sala en su estúpida búsqueda, quería hablar con él, pero nada.

No estaba por ninguna parte.

- Joe -

El concierto benéfico había salido genial, vendimos todas las entradas por lo que conseguimos una buena cantidad para donar.

De eso fuimos a la fiesta que Ben había organizado, me encontraba cantando Yellow cuando mis ojos la vieron, ¿cómo estaba ella aquí? Salí disparado del escenario dejando la canción a medias.

- ¿Qué tienes? ¿Qué pasa? - me preguntó Ben siguiendo mis pasos

- Ella, ¿qué hace ella aquí? - Ben siguió mi mirada hasta la chica rubia y su amiga

- ¿Ella? - preguntó, al ver que no tenía respuesta prosiguió - Ella es una de las chicas que he invitado, ya te he contado que me he encontrado con Charles saliendo del concierto

- ¿Ella estaba en el concierto? - me apresuré a preguntar

- Así es, sí - Ben comenzaba a mirarme de la manera más rara en la que me había mirado nunca - Oye, ¿estás bien?

- Sí, necesito irme. Haz lo que sea para que no sepa nada de mí, no puedo enfrentarme a esto ahora - Ben me miro aún más sorprendido, ya lo sé, no entendía nada. Ni yo mismo me entendía, hace unas horas le dedicaba una canción y ahora estaba huyendo de nuevo

- Está bien, me ocuparé de que se aburra tanto que decida irse, ¿sí? - no respondí nada, cogí mi abrigo y desaparecí entre la multitud

La observé durante varios minutos con la intención de armarme de valor y hablarla, os prometo que quería hablarla, pero una voz en mi interior no paraba de gritarme que me fuera de ahí, que huyera. Es lo que hice.

"QUÉ PUEDE SALIR MAL"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora