Primera cita I

174 20 6
                                    

- Joe -

Después de su respuesta respiré, sabía perfectamente que no estaba siendo completamente sincero, pero también sabía qué este era un gran paso. Ante el silencio barajeé con la idea de continuar y contárselo todo, pero entonces ella habló.

- ¿Hay algo más qué deba saber antes de bajar del coche? - trague saliva tras su pregunta

- Creo que puedes averiguar el resto por ti misma, si quieres claro - vacile entre risas, ella no dijo nada, solo me devolvió la risa, no me hizo falta nada más para saber que se quedaría

Baje del coche lo más de prisa para llegar hasta su puerta, pero para entonces ella ya había salido.

- Podías haberme esperado y te hubiera abierto la puerta - protesté burlón

- He de admitir que me encanta que lo hagas, pero sé hacerlo sola - respondió sacándome la lengua, parecía una niña pequeña, reí ante aquello

Caminamos hasta el ascensor, yo apreté el último botón del edificio, ella se mordió el labio inferior nerviosa.

- Danielle -

Las puertas del ascensor se abrieron para cederle el puesto a la enorme azotea con vistas a los rascacielos más grandes de la ciudad, una enorme piscina decoraba el medio de la terraza, sofás, mesas y sillas decoraban el resto.

- Señores, bienvenidos al Hotel Proper, si me permiten les llevaré a una de las mesas - dijo un camarero ante nosotros, lo seguimos hasta la planta superior donde nos acomodó en un enorme sillón - Enseguida pasarán a tomarles nota

- Wow, este sitio es - a penas tenía palabras para describir lo que tenía ante mis ojos - Es precioso

- No más que tú - dijo sonriendo, yo me avergoncé ante su cumplido. No sabía que responder ante aquello, por suerte para mí la camarera nos interrumpió

- Buenas noches, seré su camarera esta noche. Si ya han visto la carta les tomaré nota - nos sonrió la camarera

Joe se apresuró a mí y pidió champagne para los dos.

- ¿Ya quieres emborracharme? - pregunté

- Bueno, no, pero anoche te gusto y pensé que - comenzó a decir nervioso

- ¡Ey! Está bien, me gusta - le dije agarrando su mano antes de que pudiera continuar

Ambos nos sonrojamos ante ese roce, por suerte la camarera llego con la bebida y aprovechamos para pedir varios platos de cena.

- Tienes que contarme sobre tu tan interesante vida, actor ultrafamoso - dije susurrándole, él se rio a carcajadas ante aquel comentario

- Si fuera ultrafamoso no podríamos estar así - dijo acercándose a mí

- ¿Así? - respondí acercándome a él

- Así, en una cita romántica - respondió dándome un suave beso en la mejilla, yo me derretí un poco ante aquel gesto de cariño.

- Ya sé, juguemos a dos verdades y una mentira, así podré conocer más de ti - dije poniendo un poco de distancia entre ambos

- Y yo de ti - respondió él, acomodándose en el asiento - Está bien, soy tauro, me gusta una chica y voy a trabajar con Leonardo DiCaprio en una película de superhéroes

- ¿Qué? ¿Con Leo? ¿Cuándo sale? - grité eúforica, el rió a carcajadas

- Qué graciosa - rodó sus ojos - Te toca

- La primera vez que te vi fue en otra ciudad, de pequeña me rompí el brazo derecho y duermo escuchando música - Joe agarro mi brazo para observarlo, después me miro

- Es mentira que duermes escuchando música - dijo dubitativo

- Esa es verdad por muy rara que suene - reí sonrojada

- Vaya, entonces nunca te rompiste el brazo - respondió seguro de sí mismo

- ¿Cómo estás tan seguro de que esa sea la mentira? - pregunté confusa

- Bueno, es que yo si te vi por primera vez en otra ciudad, así que pensé que hablas de ese momento

- ¿Qué? ¿Cuándo? - pregunte aún más confusa

- No quiero que esto acabe esta noche - dijo él

- Joe, ¿dónde me viste? - pregunte al borde de un ataque de nervios

- Yo tocaba en Nueva York y tú estabas allí, después llorabas en Los Ángeles y mi perro te consoló, tiempo después mi perro te irrumpió una noche en un jardín y luego por si fuera poco después de un concierto benéfico en Wilmington un imbécil te hizo beber de más - me quede perpleja ante su sinceridad, pensé en todos aquellos momentos

En mi aburrida viendo aquel concierto, en mí llorando por lo que mi abuela me dijo ese día, en Sirio escuchándome como si me entendiera y en mí llorando y bebiendo por alguien que había huido de mí.

- ¿No vas a decirme nada?

- Es mucha información para asimilar - confesé haciéndolo callar, hasta que proseguí - ¿Sirio es tu perro? - asintió - Y, ¿el chico de la peluca y el mono blanco eras tú?

- Sí - respondió asintiendo con la cabeza

- La chica de Nueva York que se adueñó de tus pensamientos, ¿soy yo?

- Sí

- No me lo puedo creer, tú, tú también estuviste en mis pensamientos, incluso soñaba contigo - confesé

- ¿De verdad? - me asentí avergonzada ante mi sinceridad - Pero, un momento. Si tú no recordabas esto y la mentira es que nunca te has roto un brazo, ¿dónde me viste por primera vez?

- En París, en la fashion week, ibas acompañado de una chica y todas se volvían locas a tu alrededor, yo estaba allí, trabajando

- Vaya - creo que ninguno sabíamos qué decir, así que optamos por el silencio

El silencio se instaló en nuestra mesa, parecía imposible salir de aquel momento, pero hablé de nuevo. Esto no podía terminar antes de siquiera empezar.

- ¿Hay más secretos o mentiras que deba saber? - él levantó la vista hasta mí y casi al borde de la lágrima me respondió

- No, te lo prometo, no hay nada más que debas saber, bueno, sí, sabía que estarías en Los Oscars, pero te juro que eso es lo último -sonreí ante sus palabras, que había en el que tanto me gustaba

- ¿Cómo lo sabías? - pregunté

- ¿Recuerdas a Charlie? - asentí - Bueno, pues resulta que tengo un perfil falso en Instagram, otra cosa que debes saber. Y un día cotilleando sus historias tú apareciste, así que te seguí, y aunque yo ya estaba invitado a la fiesta, fui por ti, quería conocerte.

- Vaya - fue lo único que conseguí decir antes su sinceridad

El silencio otra vez.

- ¿Esto acaba aquí? - pregunto Joe rompiendo el silencio

- No - me miro como si me viera por primera vez de nuevo - Quiero conocerte y quiero conocer a Sirio - dije sonriendo - Me prometes que siempre me dirás la verdad, aunque un día duela

- Te lo prometo - sonreí ante su promesa - La noche no ha terminado todavía, ¿te atreves a venir conmigo?

- Me da miedo - admití

- Tendrás que confiar en mí - dijo sonriéndome

A estas alturas, confiaría en él con los ojos cerrados, aún estuviera sobre un acantilado de miles de metros de altura, yo, confiaría en él.

"QUÉ PUEDE SALIR MAL"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora